Dos pacientes hoy, y dos mañana (derivados unos de Cruz Roja y otros de Cabueñes), serán los primeros enfermos que testarán la nueva unidad de hemodiálisis del hospital de Jove.
El centro, autorizado por el Servicio de Salud del Principado para incorporar una unidad de diálisis para los enfermos de riñon -cuyo número ha crecido en el área hasta el punto de tener que disponer ininterrumpidamente de un turno de madrugada en el hospital de Cruz Roja-, se va a tomar esta semana como "de prueba" en lo que al funcionamiento del servicio se refiere. Para los efectos, la normalidad a la unidad llegará la próxima semana, cuando ya sean diez los enfermos que ocupen los sillones de tratamiento forma continuada, tal como ayer explicaron los portavoces de la Consejería de Sanidad del Principado.
Las intenciones oficiales de la Consejería son, igualmente, que para el final del mes ya estén tratándose en Jove -a no ser que algún enfermo muestre su negativa- los 32-33 enfermos en diálisis que pertenecen al distrito uno -el que se corresponde con el ámbito geográfico de Jove- y que hasta ahora estaban siguiendo sus tratamientos en Cabueñes, Cruz Roja, o incluso desplazados en otras áreas como Oviedo o Arriondas. La dotación de la unidad de Jove es de 12 máquinas con una posibilidad de dar servicio, en dos turnos, a 40 pacientes.
Respecto a la situación del turno de madrugada en Cruz Roja, que sería el primero en desaparecer con la nueva ampliación de máquinas y puestos de diálisis en Gijón, pero cuyos pacientes están intentando evitarlo por lo bien que se encuentran con los tratamientos nocturnos, desde la Consejería se indicó que "será un tema que se tratará más adelante".
El personal de la unidad de Jove, empezando por su coordinadora, la doctora Julia Megido, se muestra muy ilusionado con la inauguración de un espacio "con un montaje y una dotación de calidad", en la que el hospital ha invertido 300.000 euros sólo de reforma de espacios, ya que la fórmula de uso de las máquinas de tratamientos es de pago por sesión. Como sostienen los especialistas, el crecimiento de los enfermos con necesidades de depurar su sangre de forma artificial, por la inactividad de los riñones, tiene que ver con las expectativas de vida actuales y también con la mejora de los tratamientos. "La calidad de la diálisis, sobre todo por el agua que se usa, que es ultrapura sin ningún contenido orgánico ni no orgánico, tiene mucho que ver", sostiene Megido.
