El 11 de septiembre de 2006 se estrenó, con un paciente que requería tratamiento contra el cáncer y un equipo de ocho profesionales asignados, la unidad de radioterapia de la Fundación Hospital de Jove. La dotación de un acelerador lineal y el compromiso de incorporar otro más en el plazo de un año -como así fue-, supuso un pequeño o gran hito, según se mire, en la historia sanitaria gijonesa.
Un hito tanto por verse cumplido el deseo de la atención descentralizada de los tratamientos radioterápicos que hasta entonces sólo se ofrecían en Oviedo, una idea infructuosamente planteada durante muchos años en Gijón -lo mismo el hospital de Jove que el de Cabueñes habían realizado sus estudios internos varios años antes para una posible incorporación de dicho servicio-, como por el impacto social. Porque, finalmente, la decisión de aceptar que se crease en Gijón, y concretamente en Jove, un apéndice del servicio ovetense la tuvieron que firmar las autoridades políticas y sanitarias regionales azuzadas por una presión popular que durante más de un año apenas les dio tregua .
Esa batalla ciudadana tiene ahora, diez años después, cifras incontestables. La unidad, que desde el inicio dirigió el doctor German Juan Rijo -sigue haciéndolo en la distancia, ya que ahora es jefe del servicio de Oncología Radioterápica del HUCA,-, tiene una plantilla de 19 personas: cuatro especialistas en oncología radioterápica -con la doctora Pilar Rey Castro como coordinadora-, dos radiofísicos, un dosimetrista, siete técnicos especialistas, dos enfermeros y tres auxiliares de clínica. Cuenta con dos equipos de megavoltaje que funcionan uno de ellos a dos turnos completos de mañana y tarde y el otro con posibilidades, en un futuro próximo, de alcanzar también los dos turnos si es necesario.
Si el primer año de trabajo (2006) se cerró con 77 pacientes atendidos, a 31 de agosto de 2016 el cálculo que maneja el doctor Juan Rijo es que llevaban ofrecidos tratamientos a 6.700 personas. Desde hace varios años la cifra de nuevos enfermos que requieren este tipo de terapias oncológicas se mantiene en un rango que supera los 700 anuales. El número de primeras consultas es ligeramente superior, ya que siempre hay casos que finalmente no concluyen con tratamiento, de ahí que el cálculo sea en una década de unas 6.700 primeras citas. A lo que hay que sumar que hasta la fecha se llevan acumuladas unas 20.000 consultas de revisiones sucesivas.
Por lo que respecta a la selección de pacientes, tanto por origen como por patología, el inicio de la unidad fue planteado para enfermos de Gijón (área sanitaria V) con selección de casos de cáncer de mama, pulmón, digestivo y tratamientos paliativos.
"Eso fue aumentando pronto, a medida que al año siguiente se puso en marcha el segundo acelerador, lo que nos permitió hacer más captura de patología de Gijón y de otras áreas", explica German Juan. En la actualidad "tratamos todos los casos de tumores que requieren radioterapia del área, excepto los de cerebro, pediátricos, sistema nervioso central, sarcomas y alguno ginecológico. Además, hace ya varios años que ampliamos nuestra acción a los pacientes del área de Avilés con tumores de mama, digestivo y pulmón, y el pasado año pasamos a asumir a la población de Arriondas, ya que también se decidió la dependencia de la unidad de oncología de Cabueñes", explica el responsable. Esa reordenación implicó que, para una mejor organización y menos complicaciones a los pacientes, los cánceres de pulmón de Avilés pasaban a ser tratados en el HUCA, donde también se hace su tratamiento sistémico. Ahora, además, las demoras en las que se estaba incurriendo el servicio del HUCA -por el déficit estructural reconocido que hay en la región de un equipo más de radioterapia- han llevado a que Jove empiece a recibir más pacientes derivados del HUCA: "Jove puede asumir más actividad, en el contexto de la necesidad global que se plantea en Asturias. Y a esa visión conjunta es a la que tenemos que dar la respuesta adecuada", indicó German Juan Rijo.
