El recurso a la conciencia de los conductores no parece haber dado sus frutos así que ahora el mensaje va directo al bolsillo. Bajo el lema "Ponte en mi lugar, no en mi espacio", Cocemfe y Ayuntamiento de Gijón se han unido en una campaña que supondrá una vigilancia exhaustiva de la Policía Local sobre el correcto uso de las plazas de aparcamiento reservadas a personas con movilidad reducida. La vigilancia dará paso a la sanción: 200 euros de multa. Y las posibilidades añadidas de retirada del vehículo o de la tarjeta que facilita el acceso a esas plazas.

La campaña se hace coincidir en el tiempo con el desarrollo de la Semana Europea de la Movilidad, que se prolongará en Gijón hasta el próximo día 22, pero se mantendrá todas las últimas semanas de mes "hasta nuevo aviso". "Esperemos que se deje de hacer pronto y que se pongan pocas multas, eso significaría que todo va bien", coincidían ayer en reivindicar la edil de Bienestar Social, Eva Illán, y Sigifredo Lena y David Fernández en representación de la Confederación Española de Personas con Discapacidad Física y Orgánica (Cocemfe). Todos ellos participaron en el acto oficial de presentación de la campaña en el salón de recepciones de la Casa Consistorial.

La vigilancia policial no se limitará a las plazas de aparcamiento. También se controlarán las paradas de autobuses y los pasos de peatones para evitar que el estacionamiento irregular en esas zonas impida el tránsito de personas con movilidad reducida. Algo que es más habitual de lo que debiera pese a la protección legal y a las campañas de sensibilización que se han ido desarrollando en los últimos años.

Ahora mismo, y según el último registro del Servicio de Tráfico y Regulación, hay en la ciudad 578 plazas reservadas para personas con movilidad reducida tras la incorporación en los últimos meses de 15 nuevas plazas. Son dos veces y medio más que en 2007 cuando el número acumulado de plazas era de 232. Los mayores crecimientos se dieron en 2008 (50 plazas), 2009 (96 plazas) y 2011 (62 plazas).

El acto de presentación en el Ayuntamiento incorporó un inesperado debate entre los asistentes sobre nuevas fórmulas de regulación de esas plazas. Algunas que tienen que ver con el control a través de la matrícula del coche y no de una tarjeta. Illán comprometido ante los asistentes tratar el tema en una próxima reunión del Consejo Municipal de Discapacidad.

Autocríticas

Y es que al tiempo que se pedía más sensibilidad de todos los ciudadanos, los representantes de entidades asociativas del mundo de la discapacidad hacían su propia autocrítica sobre el uso incorrecto tanto de las tarjetas como de las plazas a las que dan derecho. "Hay que tener claro que es una plaza de aparcamiento, no una plaza de garaje donde tener el coche. Hay pocas plazas de movilidad reducida, no nos las podemos quitar entre nosotros", sentenciaba una de las asistentes al encuentro.

También se oyeron críticas, por ejemplo de Sila Murillo, sobre el sistema de valoración y concesión de esas tarjetas para personas de movilidad reducida que dan derecho a una plaza en una vía pública. "Yo he visto gente con tarjeta bailando en la discoteca, la misma discoteca a la que voy yo pero yo bailo en silla de ruedas", concretó. Ampliar el número de plazas de aparcamiento o fiscalizar el uso de las tarjetas por personas que no son el titular que tiene el problemas fueron propuestas que se oyeron ayer en el Ayuntamiento.