El consejo de administración de la terminal de graneles sólidos de El Musel, Ebhisa, adjudicó ayer a la compañía estadounidense Gottwald-Terex la construcción de la nueva grúa automóvil sobre raíles que reemplazará a la grúa-pórtico inutilizada en un accidente a principios de año. El Consejo también adjudicó a la empresa gijonesa Taller Mecánico Manuel Silva, la construcción de la tolva ecológica en la que descargará esa grúa.

Ebhisa invertirá en el nuevo equipo 8,3 millones de euros y el mismo estará operativo en octubre de 2017. Gottwald-Terex ofertó hacer la grúa en 4,9 millones de euros, lo que representa una baja del 10,90% respecto a los 5,5 millones de euros en los que se licitó. La grúa se construirá en sus instalaciones fabriles de Alemania. Taller Mecánico Manuel Silva por su parte hará la tolva por 3,3 millones de euros, con una baja del 5,71% respecto a los 3,5 millones en los que fue licitada. Al concurso para la grúa también se habían presentado también Liebherr y Kranunion y al de la tolva, esta última empresa y PHB.

La grúa automóvil, con una capacidad de elevación de 63 toneladas (los pórticos de Ebhisa tienen 50) y 30 metros de alcance, irá montada sobre una estructura de tipo pórtico, lo que le permitirá el desplazamiento por las vías actuales del muelle de Ebhisa, con dos carriles con una luz entre ellos de 22 metros y el gálibo suficiente para pasar sobre el conjunto de cintas ubicadas en el muelle de minerales. La grúa -que podrá realizar los movimientos de elevación, basculación, rotación y traslación- tendrá una configuración cuatricable para el trabajo con cuchara mecánica.

El suministro de ambos equipos fue licitado después de que el Consejo de Administración se decantara por esta alternativa en vez de por la compra de una nueva grúa-pórtico. Antes de tomar la decisión, técnicos de Ebhisa visitaron puertos de Alemania, Holanda e Inglaterra en los que se están empleando grúas automóviles para el manejo de graneles y en los que vieron que llegaban a dar rendimientos de hasta 1.200 toneladas a la hora, con una media de 1.000 toneladas a la hora, similar a la capacidad de descarga de los pórticos de Ebhisa, según el Puerto. Una de las instalaciones visitadas fue la terminal granelera EMO -del puerto de Rotterdam y que es una de las mayores terminales graneleras del mundo- que al igual que ahora Ebhisa, ha optado por encargar grúas automóvil cuando ha tenido que reemplazar pórticos.

La explicación de la empresa sobre el rendimiento de este tipo de grúas no convence al comité sindical de Ebhisa, que sostiene que un pórtico tiene una capacidad de descarga mayor.

Aparte de los rendimientos de la grúa, la compra de una nueva grúa implica también una reducción en los costes de mantenimiento a menos de la mitad, dado que sus piezas son estándar, mientras que en el caso de los pórticos, hechos a medida, el coste de las reparaciones es superior. El aspecto negativo es que el manejo de la grúa es más complicado que el de un pórtico para los trabajadores, dado que el gruista no ve la bodega del barco, al contrario de lo que ocurre cuando se trabaja desde un pórtico.

La tolva ecológica en la que descargará la grúa, trasvasará los graneles a las cintas de la terminal. Esta tolva estará dotada de equipos de aspiración de polvo y de filtros de mangas y de un sistema de cierre (denominado flex-flap), que se abrirá automáticamente cuando se aproxime la cuchara de la grúa para descargar y se cerrará a continuación. Además de evitar que se genere polvo durante la operación de descarga, este sistema también minimizará la pérdida de materiales para los clientes de la terminal.

Ebhisa ya está trabajando con una grúa automóvil, sobre neumáticos, que ha alquilado a Alvargonzález hasta que le suministren el nuevo equipo, y ha formado a ocho de sus trabajadores para el manejo de la misma.

Muro anticontaminación

Además de la adjudicación del nuevo equipo de descarga, el Consejo de Ebhisa dio ayer el visto bueno a iniciar el proceso para licitar la construcción de un muro de separación de la terminal y la zona de almacenamiento de graneles adyacente, en la ampliación de El Musel, como medida contra la contaminación por nubes de carbón.