El Complejo Deportivo Municipal de Las Mestas acogerá este sábado 1 de octubre la jura de bandera de 700 personas, un registro hasta el momento no alcanzado. Lo que nació en el mes de febrero como una iniciativa modesta de un grupo de amigos a través de la plataforma "Asturias con la bandera" va camino de marcar un antes y un después en la ciudad y en España. Al menos en lo que a una jura de bandera civil se refiere.

El acto, abierto al público, se iniciará a las 12 del mediodía y está previsto que el tiempo ceremonial no exceda de las dos de la tarde. El único punto de acceso será por la entrada principal a Las Mestas, a través del puente sobre el río Piles al final de la calle Jesús Revuelta Diego. Allí, en la puerta, se darán las indicaciones pertinentes para acomodarse en el graderío del hipódromo. Los 700 jurandos se repartirán en dos grupos de 350 cada uno que se sentarán a cada lado del palco de autoridades, un palco en el que por problemas de agenda no estará al alcaldesa Carmen Moriyón y el Ayuntamiento estará representado por Fernando Couto, el número dos del gobierno local de Foro Asturias. Lo más próximo posible se ubicarán sus familiares para que sigan la ceremonia con facilidad si bien los jurandos podrán contar con hasta un máximo de cuatro invitados para acceder a la grada.

Ante ellos, sobre el césped, habrá una plataforma sobre la que se instalará una única bandera nacional custodiada por alrededor de 150 soldados y oficiales del Regimiento de Infantería "Príncipe" nº 3 con el comandante militar de Asturias y jefe del regimiento Raimundo Rodríguez Roca a la cabeza. No faltará una banda militar.

Desde el inicio de esta iniciativa no ha dejado de crecer. En un primer momento se pensó en el muelle, ante el edificio de la Comandancia Naval de Gijón, en la calle Claudio Alvargonzález, pero este espacio se quedó pequeño ante el aluvión de requerimientos ciudadanos. Después se creyó en que los Jardines del Náutico podrían acoger a todos los patriotas. Y al final se optó por Las Mestas. Allí, este sábado, alrededor de un 60 por ciento de los jurandos serán hombres, según estimaciones de la plataforma impulsora, y de edades comprendidas entre los 18 y los 95 años. Todos ellos cumplen los requisitos fundamentales para llevar a cabo el acto simbólico de besar la bandera, es decir, ser mayores de edad y de nacionalidad española amén de encontrarse en plenas facultades para ello. Los inscritos recibirán tras el acto un diploma acreditativa de su jura.

Y habrá jurandos de todas las edades. Uno de los más jóvenes es Ramón Tuya, de 19 años. "Mi padre y mi abuelo juraron bandera y para mí es una forma de demostrar que quiero mucho a mi país". Motivada por un recuerdo familiar también se ha enrolado en la ceremonia Pilar Jiménez que vio jurar a uno de sus hermanos, "cuando se hacía la mili", y "me emocioné muchísimo, tanto que desde entonces he querido hacerlo yo", sostiene. El patriotismo es palpable también en Felicitas Fernández para quien no hay duda de que "somos todos españoles y hay que demostrarlo siempre, no sólo cuando juega la selección española, es el símbolo que nos representa a todos". Un argumento compartido por María José Sanz para quien "el amor a la bandera debemos tenerlo siempre, no porque haya juegos olímpicos o partidos de fútbol". Igual de reivindicativa se manifiesta Carmen Pañeda. "Soy española, me siento española y quiero a la bandera y juraré lealtad a la bandera con mucha ilusión", recalca. "Nos avergonzamos demasiado de algo que es parte de nuestra vida y de nuestra historia y que nos representa a todos", concluye por su parte Ampi Suárez.

Todo ellos contribuirán al objetivo de institucionalizar la jura de bandera en la ciudad. Y con superior permiso de la autoridad y si el tiempo no lo impide, Gijón batirá este sábado el récord de personas en una jura de bandera civil que quedó fijado en 607 patriotas -152 mujeres- que en junio del año pasado rindieron honores a la rojigualda en el cuartel del Bruc de Barcelona ante 3.000 espectadores. La puerta está abierta a todo aquel que quiera presenciar la ceremonia y así también colgar el cartel de "no hay billetes" en el aforo del recinto.