El Ayuntamiento de Gijón ha puesto en marcha "Soi Sex Xixón" un servicio de orientación e información sexual para jóvenes dependiente del Departamento de Juventud municipal en la Oficina de Información Juvenil que estará disponible de octubre a julio con una dotación económica de 17.750 euros. Este punto de atención e información para jóvenes contará con el servicio directo de un equipo de cuatro sexólogas bajo la coordinación de Soraya Calvo González, investigadora profesora asociada de la Universidad de Oviedo y licenciada en pedagogía y sexóloga con un amplio bagaje en estas lides. Además coordinó el proyecto "Asexora Whatsapp", aún vigente.
-¿En qué consiste este nuevo servicio?
-Es un servicio de asesoramiento y atención a la juventud y también a su entorno, es decir, estamos abiertas a todas las personas que trabajan y conviven con los jóvenes como profesores y familia porque el foco de la juventud es muy amplio. Atenderemos a través del correo electrónico soisex@gijon.es, de forma presencial martes y jueves de 17 a 19 horas previa cita en el teléfono 985181095 y también a través de Facebook e Instagram.
-¿Cuáles son las preguntas que más inquietan a los jóvenes?
-Llama la atención que la gestión de las relaciones emocionales son las cuestiones que más preguntan. ¿Cómo le digo esto a mi pareja?, ¿cómo me comunico sin que le parezca mal? También las hay físicas pero principalmente hablamos de cuestiones emocionales, con el apartado relacional de la vivencia sexual. Los jóvenes tienen un concepto de la sexualidad mucho más amplio de que lo que muchas personas adultas demostramos o verbalizamos.
-¿Las preguntas de una mujer y un hombre son distintas?
-Se ven diferencias, los estereotipos de género están presentes, claro, pero tiene que ver con los estereotipos sobre lo que debe hacer una mujer o lo que debe hacer el hombre. Ellos tienen preocupación por la eyaculación precoz o buscan durar más con su pareja mientras que ellas preguntan más que si no hago esto igual se ve a enfadar.
-¿La sociedad se mantiene firme?
-El clima social es el mismo. Es un clima que marca las interacciones, la forma en que te construyes como hombre o mujer y es muy difícil salirse de lo marcado. Esto es un bucle y como tenemos más información parece que hay otra sensación pero la información hay que trabajarla e implica un componente pedagógico y didáctico muy importante que se nos está pasando.
-¿Cómo les llega ahora la información?
-De internet. Uno de sus usos más comunes es buscar contenidos con sexualidad y el problema es que en internet hay mucha información que no está basada en criterios éticos ni científicos ni rigurosos. Hay mucho amarillismo y mucho mito, de esa forma se perpetúa ese ideario negativo en base a la sexualidad. Además hay un reflejo del machismo muy fuerte en los contenidos. Es lo mismo de siempre pero con un instrumento fuerte y viral como es internet.
-¿Cada vez empiezan antes los jóvenes a preguntar o a tener relaciones sexuales?
-Los estudios no evidencian una diferencia entre la edad en que se comenzaba a tener relaciones con penetración o físicas desde hace unos años a ahora. La horquilla está entre los 15 y 17 años, hablamos siempre entorno a los 16 y es la misma edad que hace diez años, no ha habido mucha diferencia. Sí hay diferencia en el tipo de estímulos que les llegan. Esos estímulos son detonantes, generadores de preguntas. Si te conectas a internet y te llega contenido pornográfico te va a generar cuestiones que antes llegaban más tarde. En general los medios. No porque ellos empiecen a pensar antes sino porque les generan dudas.
-¿Se intenta atajar la desinformación que hay en internet?
-Trabajar desde la educación es fundamental.
-Cada vez tienen más presencia y se hacen más cosas en este sentido pero denuncia un repunte del sexismo. ¿Algo están haciendo mal?
-Fallamos en cómo nos acercamos a los medios. Hay iniciativas puntuales pero no son estables, el marco educativo es inestable, con la Lomce se ha quitado todo lo que tiene que ver con la sexualidad del currículum. Pero hay un repunte del sexismo porque hay más información sexista. También por una sociedad cada vez más individualista, un realce del mercantilización de los cuerpos. Además de la cuestión educativa tiene que ver con la política, la ideológica y la económica muchísimo. El capitalismo es violento con las distinciones de género porque genera mercado, las cosas rosas y las azules, se mantiene porque sino se acaba un nicho de mercado.
-¿Y el envío viral de fotos y vídeos de la pareja desnuda?
-Hay que trabajar los compromisos en las relaciones de pareja, de respeto al cuerpo de uno y otro. Antes sucedía también, se comentaba aunque ahora la potencia visual es muy grande porque se deja constancia y se ha masificado.
