La presidenta del Partido Popular de Asturias, Mercedes Fernández, inició ayer en Gijón su campaña en contra del impuesto de sucesiones en el Principado y que llevará a cada rincón de la región. "Queremos liderar esta rebaja fiscal porque es una injusticia que exprime los bolsillos de los asturianos", aseguró.

Mercedes Fernández, arropada ayer por cerca de dos centenares de simpatizantes mostró su compromiso de "mover la voluntad de un gobierno regional que hace muy pocas cosas pero una de ellas es convertir Asturias en un infierno fiscal" al tiempo que tendió su mano al Partido Socialista. "Queremos ayudar a Javier Fernández a salir del laberinto fiscal en el que se metió", sostuvo.

Para la responsable en Asturias del Partido Popular, los costes por heredar suponen "una asfixia a la economía" al entender que se trata de un coste "muy alto en comparación con otras comunidades como Galicia, Cantabria y Madrid". En definitiva, "el impuesto de sucesiones está tratando de una forma injusta a los ciudadanos y exprime los bolsillos de los asturianos", incidió Fernández sobre un tema que considera "es un clamor".

A ojos populares este impuesto supone más efectos negativos colaterales. Uno de ellos es la despoblación debido al "éxodo fiscal". "Hay muchos asturianos que dejan la región", reprocha Mercedes Fernández. A este respecto la receta del PP para por unos impuestos "atractivos para que la gente venga a Asturias y los asturianos se queden a trabajar y a pagar impuestos, pero unos impuestos razonables y equitativos". "No es justo que el modelo de Javier Fernández te obligue a pagar una vez más cantidades ingentes por algo a lo que ya han contribuido como unidad familiar", añadió.

En el acto celebrado en el colegio público Jovellanos, al lado de la presidenta, tomó la palabra el economista Diego Barceló Larrán para desvelar los datos de un estudio con su rúbrica sobre la economía asturiana y que compartió con los presentes. Barceló, que tildó de "infierno fiscal" -igual que Mercedes Fernández- la situación del Principado, sostiene que si se aplicaran unas políticas "más amables" la economía asturiana dispondría de "mil millones de euros más", lo que supondría unos recursos tributarios "suficientes para eliminar el impuesto de sucesiones pero no se hace por la represión económica del socialismo", aseguró.

Para que todos los presentes creyeran sus tesis, Barceló -que restó responsabilidad al Gobierno nacional por ser competencia autonómica- ejemplificó su discurso con un hombre que hereda la vivienda habitual de su antecesor valorada en 600.000 euros. Mientras que en Madrid, aseveró, pagaría algo menos de 1.000 euros y nada tanto en Galicia como Cantabria -dos Comunidades Autónomas a las que recurrió en su estudio por su cercanía con la región-, en Asturias debería abonar 119.000 euros. En segunda instancia habló de heredar 151.000 euros de una cuenta bancaria. En este caso en Cantabria se abonarían 126 euros y 184 euros en Madrid, mientras que en Asturias la suma ascendería a 18.453 euros. Unas cifras que exaltaron a la concurrencia.