"Hay que volver a ver vacas en los campos y aprovechar el medio rural", con el objeto de duplicar la actual producción anual española de leche para pasar de 6.000 a 12.000 millones de litros (el consumo anual español es de 9.000 millones), y "volver a las explotaciones familiares, que son las que dan las rentas agrarias".

Esta fue la idea central de la conferencia que ayer pronunció Francisco Rodríguez García, presidente de Industrias Lácteas Asturianas-Reny Picot, en el Museo Casa Natal de Jovellanos, invitado por la Fundación Foro Jovellanos, y que tituló "La leche, un problema político".

Tras ser presentado el conferenciante por Francisco Javier Santos Navia, decano del Colegio Oficial de Químicos de Asturias y León, en presencia de Ignacio García-Arango, presidente de la Fundación Foro Jovellanos, Francisco Rodríguez García consideró erróneas las últimas medidas adoptadas por la Unión Europea (UE) para reducir el exceso de producción de leche.

En este sentido, afirmó que subvencionar con 14 céntimos de euro el litro no producido perjudica aún más a los países deficitarios, como es España, mientras que el reparto por países de las subvenciones aprobadas de 350 millones de euros para los ganaderos es "inaceptable", dado que, por ejemplo, Francia recibirá 49 millones y España sólo 14 millones.

Calificó como "juego de ventaja" lo que está ocurriendo, desde hace muchos años, en el seno de la Unión Europea con respecto al sector lácteo, fruto, subrayó, de la aplicación "de la solución liberal, que no sirve para el campo y produce desequilibrio social". Por ello el presidente de Reny Picot pidió medidas políticas, pero "los gobiernos de España no han prestado mucha atención al sector lácteo".

También criticó Francisco Rodríguez que en España se proteja "el aceite de Andalucía, que es muy importante, a costa de la otra mitad del país", o sea, la producción láctea de la Cornisa Cantábrica. En concreto, en Asturias hay actualmente 2.000 ganaderos de los 100.000 que había hace unas décadas, señaló.

En definitiva, los males del sector lácteo, en opinión de Francisco Rodríguez, proceden de la misma entrada de España en la Comunidad Económica Europea (antecedente de la UE), cuando a la nación se le impusieron unas cuotas de producción por debajo del propio consumo, lo que marcó, desde entonces, el declive del sector lácteo.