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El bastón mágico y la piscina total

Un grupo de empresas con presencia en Asturias financia con 1.500 euros una selección de proyectos de estudiantes con aplicación práctica en la industria

Que la alianza entre Universidad y empresa ha de ser cada vez más estrecha es algo que tienen asumido en la Escuela Politécnica de Ingeniería de Gijón. Y que los proyectos de los alumnos deben tener una visión de aplicación práctica en el mundo real, también. Ayer quedó demostrado con la celebración de la jornada "¡Tengo una idea!", organizada por la Comisión de Emprendimiento de la Politécnica, en la que nueve empresas y entidades implantadas en la región (Arcelor-Mittal, Indra, Izertis, Thyssenkrupp, Intermark, Vice&ILP, Parque Científico y Tecnológico de Gijón y Fresalin) se han ofrecido a ser mecenas de las ideas de un grupo de alumnos y sus trabajos fin de Grado o fin de Máster que pudiera dar lugar a una empresa de base tecnológica.

Finalmente se presentaron a ña convocatoria una docena de estudiantes que, en un tiempo máximo de cinco minutos tuvieron que convencer a los representantes de las empresas para hacerse con los 1.500 euros que aportaban para la elaboración de un prototipo de producto y un proyecto de empresa. Las compañías deliberaron hasta bien entrada la tarde, y los resultados de la "competición" se harán públicos hoy mismo.

Las sensaciones, como reconocía el director de la Politécnica, han sido "muy buenas", con "las empresas gratamente sorprendidas por lo heterogéneo y original de muchas de las ideas presentadas". De hecho, alguna empresa hasta se plantea la posibilidad de financiar más de un proyecto para dar cobertura al máximo posible de ideas emprendedoras de los alumnos.

Como la de Juan María Piñera, estudiante del máster de Mecatrónica, que tiene en mente la creación de un dispositivo para tomar macrofotografías mediante la técnica de "focus stacking" y digitalizado en tres dimensiones por fotogrametría. Se trataría de "hacer fotos de cosas muy pequeñas" que podría tener aplicaciones en campos como la entomología, la parte de la zoología que estudia los insectos.

Antonio Lamas, también del máster de Mecatrónica, ha pensado en la creación de un robot para la limpieza y la inspección de tuberías, un proyecto sobre el que está trabajando en colaboración con tres alumnos escoceses.

Ana Fernández, alumna de Telecomunicaciones, propone la aplicación de la tecnología RFID a la monitorización y control de vehículos. Como ella misma explica, consistiría en la aplicación de "una especie de pegatina con toda la información del vehículo para ser captada por los radares de tráfico, de tal manera que no hiciera falta la instalación de cámaras fotográficas en el aparato". Con ello, además, se podría controlar la velocidad incluso en condiciones de baja visibilidad.

Tania Vega, de Ingeniería Mecánica, presentó ante el jurado la idea de construir una cubierta para piscinas modulable en altura de manera que "pueda permanecer oculta, bajo el agua; se transforme en un suelo cuando la piscina no se use o sea una cúpula cuando se necesite". La joven está investigando entre diferentes tipos de fibras y materiales con los que crear la cubierta, que se movería con una estructura de acero inoxidable para regularla en altura.

Penélope Blanco, por su parte, ha diseñado un bastón adaptado a enfermos de párkinson que evitaría la desorientación, el desequilibrio y los episodios de bloqueo, mientras que Higinio Rubio, también de ingeniería Mecánica, ha volcado sus esfuerzos en el campo del deporte. Concretamente, en el diseño de una estructura de espejos orientables para iluminar las zonas de sombra del Carlos Tartiere, de tal manera que ayude al crecimiento y fortalecimiento del césped.

Su compañero Pablo Méndez expuso el diseño de una bomba aspiradora sobre la superficie de los barcos para facilitar e incrementar la recogida de algas, una tarea "hoy en día manual, con varios buzos en cada barco" que se podría agilizar con una bomba, teniendo en cuenta que "la industria farmacéutica cada vez apuesta más por el uso de algas, es un mercado emergente que necesita innovación".

La alumna de ingeniería Industrial Celia Álvarez presentó un diseño de un sistema de aprovechamiento de excedentes de energías renovables no gestionables mediante el bombeo de agua en minas abandonadas, con un programa informático que calcula las condiciones de producción y transforma el excedente de energía almacenada para que no se pierda.

Guillermo Álvarez, de ingeniería Informática, presentó una idea para desarrollar partituras digitales que sustituyan al papel, "más cómodas y con la posibilidad de que el director escriba sobre ellas y les aparezcan las correcciones a todos los músicos", mientras que Cristóbal García, del máster de ingeniería Industrial, aspira a desarrollar un dispositivo de control de seguimiento de objetos, que se podría aplicar a vehículos. Por último, Sergio García, de tecnologías industriales, ha diseñado un banco de pruebas para motores sin escobillas que en la práctica supondrá la construcción de drones con más prestaciones y más sofisticados.

La competencia ha sido dura y hoy sabrán el resultado de su esfuerzo. Pero, sea el que sea, la experiencia de defender sus ideas ante los responsables de las compañías ya ha sido, como ellos mismos confirman, "toda una lección".

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