Se conocieron siendo unos chavales y siguen dando guerra sesenta años después. "La Gandallona", la mítica pandilla de amigos gijoneses que nació allá por el año 1956 a la sombra del Grupo Covadonga, se calzará de nuevo la pajarita el próximo martes, día 11. Porque como vienen haciendo desde su fundación, cada decena de amistad se celebra por todo lo alto, y de tiros largos.

Todos los años se reúnen para festejar su aniversario, y tiempo atrás lo hacían disfrazados. "Hemos asistido a los festejos de piratas, de vaqueros, de romanos, yeyés y hasta futbolistas, cuando el mundial del 82", rememora Luis Enrique Suárez, "Puchades", uno de los promotores del encuentro. En esta ocasión asistirán con la pajarita de rigor y apenas serán una decena. "El paso del tiempo se deja notar, tenemos varios miembros del grupo enfermos, y otros ya no están entre nosotros", señala "Puchades", dispuestos no obstante a "seguir celebrando el encuento, bien lo merece la ocasión".

En un principio fueron 30 los chavales que se hicieron famosos en todo Gijón por su amistad, nacida cuando el Grupo estaba en la entonces llamada calle del Molino. "Íbamos a hacer deporte y a divertirnos de forma sana, después de tanto tiempo somos como hermanos", resume el impulsor de la cena de aniversario, que se celebrará en Casa Víctor.

Será el momento de recordar las sesiones festivas sin parangón que protagonizaron todos ellos cuando aún eran prácticamente unos imberbes, y que desembocaron en momentos memorables como las fiestas sociales del Grupo, de las que presumen de ser los inventores, o la elección de la reina de la sala de fiestas El Jardín. "Estábamos allí metidos todo el día, así que los dueños nos propusieron hacer algo así, después de que se organizaran concursos de misses en otros lados", recuerda "Puchades". Dicho y hecho, convocaron un concurso de beldades con un exigente jurado, compuesto en su mayor parte por jóvenes de la pandilla que a buen seguro disfrutaron de la experiencia. La primera elegida, en el año 1958, fue Maruja Noval, de Langreo.

Fueron años de bajar andando desde Somió hasta el centro, de no faltar a festejo que se precie y de "ser muy felices sin meternos con nadie". Luego, el tiempo fue pasando y cada uno hizo su vida. "Unos nos casamos, otros acabaron fuera de Gijón", indica "Puchades". Pero los que se quedaron siemrpe mantuvieron viva la misma filosofía hasta acabar siendo casi casi una hermandad. Porque así mismo se definen: "somos como hermanos, una gran familia", en la que además, presumen con orgullo, "hemos integrado a todas nuestras mujeres, que se llevan fenomenal entre ellas. Y mira que eso es complicado", bromean.

Hoy en día siguen quedando por semana y la fiesta de aniversario es inexcusable. La del martes será con pajarita, como siempre que se alcanza una nueva década. Una espina clavada: "No hay "Gandallina", y estaría bien. Pero los jóvenes no quieren saber nada y los tiempos cambian", se resigna Luis Enrique Suárez. Lo que toca el martes es "celebrar". Que no es poco.