El gijonés Roberto Egea es ingeniero técnico en Electrónica, pero desde hace cuatro años la fotografía es su vida, y eso que llegó a ella de una manera "totalmente casual".

Todo empezó desde el móvil y de forma autodidacta. "Empecé haciendo fotografía con mi teléfono, un terreno en el que me encontraba cómodo y en el que, de manera sorprendente logré ser finalista y ganador de varios concursos a nivel regional y nacional", explica Egea. Fue la semilla inesperada de un proyecto más serio y profundo, que le hizo "que cada día me tomara más en serio este arte, adentrándome y aprendiendo más y siempre buscando desarrollar la parte creativa para buscar imágenes con un punto de vista diferente", señala.

En su proceso de búsqueda y experimentación, y después de un viaje a un congreso de fotografía que obtuvo como premio en un concurso, "cambió mi forma de ver las cosas", afirma el ingeniero. Porque, tal y como relata, "el maestro Chema Madoz me hizo descubrir un estilo fotográfico hasta entonces desconocido para mí", el de las imágenes conceptuales en las que "nada es lo que parece".

De esos mimbres nació el proyecto "Imagine", que se muestra en el Ateneo de La Calzada hasta el próximo día 22. Se trata de una veintena de fotografías en las que "ese objeto o esa situación que hemos visto infinidad de veces se convierte en cuestión de segundos en el embrión de una nueva imagen", explica. Así, cada imagen deja abierta la capacidad de imaginación e interpretación del espectador, que es libre de establecer los vínculos que le sugiera cada fotografía.

El flujo del proceso creativo "no es siempre el mismo", explica Egea. "A veces la idea parte de ver un objeto, otras de una escena, de un refrán, de una imagen cualquiera o incluso de un título o de una frase de cualquier libro, o revista". En casos muy concretos "el proceso se invierte totalmente y surge la idea por obsesión con un objeto concreto. Es como autoimponerte un reto difícil hasta que lo consigues", asegura.

El resultado es una serie de imágenes que "son inexistentes, que pasan de la cabeza al papel fotográfico", y en las que hay que buscar "el paralelismo de dos objetos, su relación, su antagonismo o la evolución de objetos cotidianos".

Quienes deseen poner en práctica el ejercicio interpretativo pueden acercarse al Ateneo de La Calzada todos los días hasta el próximo día 22, para desgranar en imágenes la intención imaginativa del autor. O para aportar la propia imaginación a la traducción de la imagen.