No sólo el denominado comercio sedentario exige una regulación de los, cada vez más numerosos, mercadillos en Gijón. También la piden los vendedores ambulantes. Quien alzaba ayer la voz era José Darío Ibaseta, en representación de la Asociación Libre de Vendedores Ambulantes (ALVA), una de las más representativas del sector en Asturias y con medio centenar de asociados en Gijón. Su propuesta, y así se hará llegar al Pleno a través de una proposición que presenta el Grupo Municipal Socialista, es abordar en el plazo de tres meses una modificación de la ordenanza reguladora de la venta ambulante en la ciudad para incorporar un capítulo específico sobre mercados de grandes eventos.

Aunque desde ALVA se entiende que con el rastro, el mercado de La Camocha y el mercado ecológico de la plaza Mayor "ya son bastantes", lo que tienen claro es que cualquier otro mercado que se autorice debe "cumplir la normativa como los demás". Algo que, asegura, no ocurre. "Nosotros tenemos que tener un seguro de responsabilidad civil, dar facturas con nuestros datos, tener hojas de reclamaciones... y eso no ocurre en esos mercados que se presentan como solidarios o de grandes eventos. Son una competencia desleal tanto para el comercio sedentario como para nosotros", sentenciaba ayer Ibaseta en una comparecencia pública con el edil socialista César González, quien pide para esos mercadillos ocasionales "las mismas obligaciones que para los vendedores tradicionales".

La propuesta que el PSOE llevará al Pleno introduce la idea de organizar una mesa de trabajo sobre el tema donde participen tanto la Asociación Libre de Vendedores Ambulantes como la Unión de Comerciantes del Principado de Asturias, que sólo hace unos días presentaba un documento en este sentido dentro de la mesa del pacto de concertación social "Gijón Crece".