Jordán Suárez, el que fuera tesorero de la Fiesta de la Cultura impulsada en el año 2013 por varias asociaciones de izquierdas de la ciudad, negó ayer ante el tribunal de la Audiencia Provincial de Asturias haberse apropiado de los 10.800 euros que según la organización el ahora imputado sustrajo de las cuentas del evento para incorporarlos a su propio patrimonio. Suárez relató que los impulsores de la fiesta le coaccionaron para firmar un documento en el que reconocía la deuda.

"Acepté para que el lío no fuera a más, todos los pagos se hacían en B, nadie estaba contratado ni se habían dado altas en la Seguridad Social, no se declaraba nada a Hacienda. Los organizadores sólo querían que firmase el reconocimiento de la deuda para que me comiera yo solo el pastel", argumentó el acusado, que durante años fue presidente del Conseyu de la Mocedá de Gijón.

Suárez se enfrenta a una petición de condena de un año y medio de prisión solicitada por la Fiscalía por la comisión de un delito de apropiación indebida. La acusación particular, ejercida por los organizadores de la Fiesta de la Cultura, eleva la petición a los cuatro años de privación de libertad. Durante su declaración el tesorero admitió que "me encargué de las finanzas de la fiesta, recibía ingresos y realizaba pagos". "Cuando me denunciaron faltaban casi 4.000 euros de ingresos de Laboral Ciudad de la Cultura, presenté facturas con decimales exactos en las que cuadraba todo y no me creyeron. Delegaron en mí su confianza y cumplí. Yo no me llevé nada", insistió. A preguntas de la Fiscalía, el acusado describió la forma en la que se recaudaba el dinero para poder organizar el evento. "Había talonarios de bonos que nadie controlaba, quedaban conmigo en bares y me daban el dinero. La fiesta fue deficitaria, llegamos incluso a hacer una recaudación posterior que tampoco dio dinero", relató. "En las reuniones me daban cantidades pequeñas, el resultado fue malo y luego hubo que seguir recolectando dinero con otras actividades", añadió. Los propios denunciantes no pudieron aportar a la causa documentación en la que se recogiera la recaudación exacta de la Fiesta de la Cultura.

"Hubo un momento en el que apuntaba en una libreta los boletos que vendía pero luego dejé de hacerlo", admitió Marcelino Alonso, uno de los organizadores del evento. "Jordán defraudó mi confianza, me llegó a reconocer que la había cagado y yo me quedé destrozado", relató por su parte ante el juez José Manuel García, presidente de la asociación Lázaro Cárdenas, una de las impulsoras del evento.

La sección octava de la Audiencia Provincial deberá ahora decidir acerca de la culpabilidad de Suárez. El juicio quedó visto para sentencia.