"Tentativa de un Cancionero Asturiano para el siglo XXI", era el título del espectáculo ofrecido anoche en el teatro Jovellanos. Algo menos de media entrada, pese a la categoría de la propuesta: nada menos que el tenor Joaquín Pixán y el poeta Antonio Gamoneda, de la mano, firmaban el programa, pero? Hay quien piensa que el folklore de esta región tiene su espacio y su oportunidad, que en ambos casos no es el Jovellanos, y tal vez esta impresión retrajo al gran público, sospechoso de una dosis masiva de lo mismo.

No se equivocaron los que así piensan respecto al carácter monográfico de la velada, pero sí en relación a su belleza. Joaquín Pixán está en un momento esplendido de voz, y las letras de Antonio Gamoneda son de una calidad indiscutible. Se inició la sesión con la presencia del poeta en escena, para decir que en este concierto, entre ambos habían buscado ser respetuosos con la música original y con las letras tradicionales, ya que muchas veces éstas se van degradando en función de la oportunidad emocional o incluso territorial. Otras letras han sido traducidas al asturiano por el propio Gamoneda, siendo sus autores de la categoría de Lope de Vega, Ángel Gonzalez, Federico García Lorca, o Gil Vicente.

La actuación de Pixán comenzó entre bastidores. Acompañado de una gaita, entonó una preciosa tonada, "Arrimadín a aquel roble", que puso de manifiesto la calidad vocal del tenor. Salvando las distancias, Joaquín es a la canción asturiana lo que en su día fue Camarón al flamenco en cuanto a popularidad, dejando aparte la sofisticación del trabajo de Pixán al tratar de darle a la canción asturiana una factura más académica.

Colaboraron en el espectáculo varios músicos, aparte del pianista Mario Bernardo y el gaitero Iñaki Santianes, como la violonchelista Elena Miró, la acordeonista María Álvarez, o Delia Gutiérrez, que intervino con flauta travesera. Varios componentes de la Asociación de Intérpretes de Canción Asturiana se sumaron a su vez al espectáculo, como Odón García y Fernando Nuño, o el coro de panderetas. En definitiva, un interesante y más que digno trabajo que el público asistente agradeció con entusiasmo.