Una donación familiar ha permitido estos días reconstruir la historia del colegio de niños del Sagrado Corazón de Jesús, fundado por Florentino Álvarez Álvarez a finales del siglo XIX en el edificio que hoy ocupa el número 11 de la calle Cabrales. Gracias a la generosa donación de una familia vallisoletana a través de la iniciativa de uno de sus miembros, Eduardo Gutiérrez, Gijón recupera, a través de fotografías y documentos conservados en la residencia familiar, la memoria de un centro de enseñanza de orientación católica fundado por un gijonés nacido en 1865, Florentino Álvarez, que había cursado estudios en el Seminario de Oviedo y más tarde obtuvo el título de maestro de instrucción primaria.

A finales del XIX, Florentino Álvarez funda en el número 43 de la calle Cabralesuna escuela privada que más tarde, iniciado el siglo XX, se convertirá en el colegio de niños Sagrado Corazón de Jesús. La importancia de este hallazgo y donación radica, según fuentes del Archivo Municipal de Gijón, "en los escasos datos que hasta ahora se poseían de este colegio, su fundador y sus alumnos; baste decir en este sentido que ni los trabajos clásicos ni los estudios contemporáneos sobre la historia de la educación en Gijón recogen datos concretos acerca de este centro de enseñanza que también lo fue de niñas a juzgar por las fotografías conservadas realizadas por afamados fotógrafos gijoneses y asturianos como Pardo, Vinck, Julio Peinado, Wandik, Merás, Ramón del Fresno, Medina, José Bastide, Fotofilm o Klark".

Esta rama de la familia Álvarez tuvo también otras repercusiones en el Gijón de su época. Un miembro de ella, Severino Gutiérrez García, forjó en su taller de fragua el rosetón de la basílica del Sagrado Corazón de Jesús a comienzos del siglo XX Severino Gutiérrez García y era padre de Manuel Gutiérrez, yerno de Florentino Álvarez Álvarez. Otro personaje relevante de esta saga familiar ahora recuperada para la historia de Gijón es Emilio Muñiz, apodado "Pachilán", capitán de la Marina Mercante y esposo de Consuelo Gutiérrez, hermana de Severino Gutiérrez, el maestro forjador. Según cuenta la tradición familiar, Emilio Muñiz levantó durante la guerra civil con dos barcos de pesca de arrastre el cerco de minas que la Armada, a las órdenes de Franco, había puesto en el puerto de Barcelona para impedir la entrada y salida de barcos.

Paralelamente han sido donados al Archivo de Gijón documentos del archivo personal y familiar del gijonés Manuel Gutiérrez Rodríguez, maquinista naval de la Naviera del Nalón.