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Rubén Hidalgo González | Gerente del Centro Municipal de Empresas, que incluye el Parque Científico y Tecnológico

"La gran fábrica de hoy es el autoempleo, que siempre supone un desafío"

"Me gustan la gastronomía y su culto social; los españoles movemos el mundo alrededor de una mesa, algo que a los extranjeros les sorprende"

Rubén Hidalgo, delante de un cartel de la Milla del Conocimiento. Ángel González

A sus treinta años, creo que Rubén Hidalgo representa lo mejor de la juventud actual. Por carácter, espíritu combativo, audacia, entusiasmo? Me sorprendieron su madurez y su realismo. Tiene los pies en el suelo y no ceja en el empeño de mantenerse despierto; sabe que el mundo está en constante evolución. Después de escucharle llegué a la conclusión de que es el hijo que muchas madres quisieran tener. Además es alto, guapo, simpático y cordial.

-Defínase, por favor.

-Nací en Gijón (1985, sagitario), concretamente en el Hospital de Cabueñes, así que ese fue mi primer contacto con la Milla del Conocimiento. Soy el mediano de tres hermanos. Todo en mi es contradictorio, ya que soy tímido pero sociable, nervioso y al mismo tiempo tranquilo, disciplinado y rebelde. Muy de centro y creo que buena persona. Mi padre ha sido Guardia Civil, estuvo destinado en el País Vasco, donde llegaron a dispararle, con la buena fortuna de que no le alcanzaron. Desde allí su próximo destino fue Covadonga donde yo pasé los primeros dos años de mi vida, pero pese a mi corta edad me quedó el espíritu de tranquilidad que se respira en Covadonga. A los once años, después de un paso por Infiesto vinimos a Gijón. Sé que toda la gente de Infiesto es buena. Personalmente vivo en pareja y tenemos una hija de 22 meses.

-¿De pequeño a qué jugaba?

-Al fútbol, al balonmano? Pero poco; fui bajito y enclenque.

-¿Cómo fue su formación?

-Hice el Bachiller en el Instituto Emilio Alarcos, y en la Escuela de Ingenieros de Gijón obtuve la licenciatura en ingeniero químico. Al terminar hice un máster en sistemas de gestión empresarial. En 2009, es decir, en plena crisis, tuve la suerte de encontrar trabajo en el Club Asturiano de Calidad, cuya experiencia supuso para mí otro máster en relaciones públicas. Después estuve seis años en Idesa, una ingeniería en la que acabé de formarme, hasta que me echó el guante Fernando Couto para dirigir el Centro Municipal de Empresas, que incluye el Parque Científico.

-¿Es ésta una responsabilidad complicada?

-Vista desde fuera, sí. Es difícil pero me gusta mucho. Consta de dos áreas. La primera consiste en facilitar la experimentación en la ciudad, y la segunda trata de conectar a las empresas con la Universidad, la tecnología con las empresas, y la tecnología con la Universidad. Si una persona viene a nosotros con la intención de montar un negocio, le facilitamos tres cosas: la primera, asesoramiento; la segunda, el espacio adecuado, y la tercera, la búsqueda del capital.

-¿Llaman muchas de esas personas a su puerta?

-Muchísimas. Esto tiene que ver con el cambio de cultura de la gente, que quiere ser ella la empresa. Es decir, lejos de intentar buscar trabajo en una gran empresa o en la Administración, optan por trabajar para ellos mismos. La gran fábrica de hoy es el autoempleo, que siempre supone un desafío.

-¿Qué sector presenta más demanda?

-El del comercio y el correspondiente a servicios personales. Estoy muy contento; casi todos los días veo ilusión en alguna persona y me la contagian.

-¿Qué es lo más emocionante que ha vivido dentro de su trabajo?

-Cuando alguien triunfa o se presenta a un concurso y lo gana, siento una enorme alegría. Pero pienso que lo mejor está por llegar. Disfruto mucho en las etapas de creación.

-¿Y lo más triste?

-El momento en que crees que es importante hacer algo y algo te lo impide.

-¿Lo fundamental es el equipo?

-Sí, porque el individuo perfecto aún no lo hemos inventado.

- ¿Quién ha sido su maestro?

-En el Club de Calidad tuve un maestro en relaciones públicas, sensacional, y durante el Bachiller, en el instituto recibí clase de dos profesores, uno de Lengua y otro de Matemáticas, que me aportaron las herramientas necesarias para defenderme en la vida. Pero mi maestro más importante es mi mujer. Mi padre suele decir que el mundo es muy difícil.

-¿Y su político?

-Si tuviera que elegir me inclinaría por Albert Rivera, pero este político aún no ha tenido oportunidad de demostrar nada.

-¿Qué es lo más gratificante que ha conseguido?

-Saber que lo que hago es importante para la gente. También, cuando advierto que mi equipo se apoya en mí y soy capaz de aportar algo.

-¿Sabe encajar un fracaso?

-Sí, he fracasado varias veces, pero es una experiencia subjetiva, ya que enseña. Me gusta ver el lado positivo de todo.

-¿Que talento añadiría a su personalidad?

-Con el tiempo me gustaría escribir un libro. Estoy convencido de que voy a hacerlo, aunque ignoro el resultado.

-¿Conoce las razones de su éxito?

-Más o menos, sí, si es que tengo éxito. Creo que las cosas me van bien por dos razones: es indispensable tener mentalidad positiva y saber lo que quieres.

-¿Ser director del Parque Científico colma sus sueños?

-Está en la trayectoria de colmarlos.

-¿Le interesa la política?

-No, mis intereses se centran en la sociología y la economía. La política me concierne sólo como un medio que garantiza la democracia. Para mí la política no es un fin, sino una herramienta para lograr un proyecto.

-¿Es usted ambicioso?

-Sí, no de una forma salvaje, sino que mi ambición es la de resolver retos y superarme a mí mismo.

-Pongamos en la balanza la generosidad y la avaricia, ¿hacia dónde se inclina su fiel?

-Hacia la generosidad, como la gente de Infiesto.

-¿Cuáles son sus aficiones?

-La lectura; aunque hago ejercicio físico, éste es más un medio de salud. Me gustan la gastronomía y su culto social. Los españoles movemos el mundo alrededor de una mesa, algo que a los extranjeros les sorprende. Y me encanta el cine de ciencia-ficción.

-¿Cuál es el último libro que ha leído?

-El actual se titula "Postcapitalismo" y su autor es Paul Mason.

-¿Cómo ve la situación económica de Gijón?

-Con mucho potencial, pero le falta dinamismo. Es necesario coger el toro por los cuernos. Somos currantes y buena gente, pero tendríamos que eliminar la tendencia de ser un cabrón con el vecino. Somos estupendos para el ocio, pero para el negocio no tanto.

-¿Cuál es su proyecto inmediato?

-Estamos desarrollando una estrategia a largo plazo alrededor de la alimentación, la salud y el deporte. De manera que Gijón sea un referente en toda España.

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