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JUAN RODRÍGUEZ | EL ÚLTIMO JUGADOR QUE HA DEBUTADO EN EL SPORTING PROCEDENTE DEL FILIAL ROJIBLANCO

El orgullo de Cedeira

Campeón de Galicia de bádminton y tercero de España en remo, ha logrado en Gijón ser el primer futbolista del pueblo coruñés que llega a Primera División

El orgullo de Cedeira

"Hemos ganado un central". Abelardo fue rotundo cuando se le preguntó por el rendimiento de Juan Rodríguez Martínez (Cedeira, La Coruña, 8-5-1995) en el Nuevo Los Cármenes. El gallego había sido citado por el entrenador del Sporting para la visita al Granada, como solución de urgencia ante las bajas de Babin y Amorebieta en la zaga. Juan cambió el filial rojiblanco, con el que venía de disputar todos los partidos en Tercera División, por formar la pareja de centrales más joven de la máxima categoría del fútbol español, junto a Jorge Meré (19 años). Despachó un partido notable, hizo realidad el sueño de jugar en Primera División y sumó una nueva conquista a un historial deportivo que estrenó, siendo un niño, con triunfos tan diferentes como ser campeón de Galicia de bádminton o tercero de España de remo olímpico. Ha vuelto al filial, de momento, consciente de que está en el camino hacia la siguiente meta, la de ser futbolista profesional.

A los dos o tres años ya reventaba el balón en el pasillo, pero en casa le mostraron que había más cosas que el fútbol. Juan Antonio, su padre, profesor de Matemáticas en el IES de Cedeira y entrenador de remo en la villa coruñesa, le tentó con los números y con lo acuático. Hilda, su madre, profesora de inglés en el colegio Nicolás del Río, le ofrecía progresar en los idiomas y probar con la raqueta, como buena campeona de España de veteranos en bádminton que fue, tanto a nivel individual, como en mixtos, formando pareja con su marido. El pequeño Juan fue cumplidor, como siempre. Hizo caso a los dos, pero sin dejar de darle a la pelota.

A la vez que empezaba a destacar en el remo y en el bádminton, el coruñés llamaba la atención en el equipo de fútbol del pueblo. No como central, sino como centrocampista de técnica, talento y vocación ofensiva. Tanto, que en cadetes fue llamado para incorporarse al Racing de Ferrol. Un fichaje que estuvo a punto de frustrarse por un fatal accidente que también llegó a poner en duda el poder continuar jugando al fútbol. Encontrándose disputando el campeonato gallego de bádminton, por parejas, un tablón de anuncios se desplomó sobre uno de sus pies, con tal violencia, que los médicos se plantearon la conveniencia de amputarle alguna de sus falanges. Tras dos meses de continuas visitas al hospital y tratamientos, no fue necesario, por el bien de Juan, y por el bien del fútbol.

Antonio López, "Stili", vecino de Cedeira y entrenador de fútbol, se convirtió entonces en su gran valedor. Tras insistir en su llegada al Racing de Ferrol, lo convenció para ir especializándose en el puesto de central y le ayudó a ir adelantando etapas en su formación. Fue "Stili" quien le subió, por primera vez, a entrenarse con el primer equipo del conjunto gallego, al poco de cumplir como cadete, también el que le animó a que empezara a curtirse en el Galicia de Mugardos de Preferente, en lugar de vivir su último año de juvenil acomodado en una División de Honor que ya se le quedaba pequeña. Y es que, a esas alturas, Juan sabía ya lo que era jugar en Copa con el primer equipo ferrolano.

La vorágine deportiva no hizo olvidar a Juan que aquello llevaba aparejado no dejar de lado, nunca, los libros. Correspondió, de nuevo, a lo grande. Obtuvo matrícula de honor en Bachiller y decidió estudiar la carrera de Matemáticas en Santiago (ahora está en tercero), para orgullo de su padre. Un destino que dificultaba seguir con los entrenamientos en Ferrol, por lo que entonces llegó a un acuerdo con el club para recalar en el Arosa, de Tercera División. Volvió a ser uno de los destacados y "Stili", entonces nuevo técnico del Somozas, se lo llevó de nuevo junto a él para convertirlo en un fijo de su equipo, en Segunda B. Juan Domínguez, con 20 años, ofreció su mejor nivel y el pasado verano vio como lo del fútbol podría ser ya un proyecto de futuro serio. El Deportivo le tanteó, pero fue el Sporting y la U D Las Palmas los que apostaron por ficharle más seriamente. Su padre le recomendó Gijón, destino que también avalaba "Stili", amigo de Manuel Sánchez Murias, director de las categorías inferiores rojiblancas. Semanas después, Juan Rodríguez estaba en Portugal, en la concentración de pretemporada del primer equipo rojiblanco, a las órdenes de Abelardo.

"Tiene fuerza e imaginación, algo difícil de que se dé en un mismo futbolista", dicen quienes le conocen desde pequeño. "Es humilde y cuenta con una gran ambición", señalan desde su entorno más cercano. Más allá del fútbol, Juan se deja ver como un chico tranquilo, que sigue acudiendo a Mareo con su modesto coche azul que contrasta con el de algunos compañeros del propio filial rojiblanco, y el que comparte piso con Cordero, otro de los nuevos, este año, en el Sporting B. Un tipo familiar que comparte algún fin de semana con su novia de Cedeira, ahora estudiante en Ferrol, y que se mantiene en contacto con su única hermana, Hilda, que reside en Madrid. Juan también es el orgulloso padrino de Jesús, "Bombillita", el hijo de su tío Álex, el que estuvo a punto de triunfar en el fútbol. Y, ante todo, es el nieto de Ricardo, "Cardete", un aficionado del Dépor reconvertido ahora en fiel seguidor rojiblanco. Si Abelardo ha ganado un central, la villa coruñesa que le vio nacer ha ganado a su primer futbolista en Primera, al que ellos definen ya como "el orgullo de Cedeira".

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