Publicaba ese día LA NUEVA ESPAÑA un artículo de dos páginas, firmado por Eduardo García, que daba un repaso (muy completo, muy documentado, siguiendo la obra recientemente publicada por el arquitecto Joaquín Aranda) sobre la arquitectura racionalista en Gijón, sobre la obra de los Busto y de Fernández-Omaña entre otros. Cuantificaba en un centenar los edificios de esa arquitectura racionalista, "republicana", por ejemplo, La Escalerona, inaugurada en agosto de 1933.