La escuela no está funcionando como igualadora de oportunidades sino como reproductora de desigualdades. Y ése es uno de los grandes problemas a los que debe enfrentarse una sociedad que se ve abocada a grandes desigualdades, como ocurre en Asturias.

El mensaje lo lanzó ayer José Manuel Parrilla, sociólogo y profesor de la Universidad de Oviedo, en la primera de las charlas de las jornadas sobre "Pobreza, exclusión social y educación" organizadas por el Grupo de Estudios Eleuterio Quintanilla. El experto alertó de que la disminución de rentas que se ha producido a nivel general en Asturias se ha notado de forma importante, si bien "estamos en una tasa de pobreza relativamente buena en comparación con el ámbito estatal". Pero el gran efecto de la crisis en la región ha sido en cambio el de poner de manifiesto los grandes defectos de un modelo distributivo "que ya en sí generaba dificultades, y en el que ahora empieza a aparecer el desempleo, la caída de las rentas y un incremento brutal de la desigualdad", con Asturias es una de las comunidades "donde hay una polarización importante" que afecta de manera negativa a familias jóvenes con niños.

"Son los procesos que llevan a la pobreza los que nos preocupan, y cómo revertir esas situaciones", reflexionó Parrilla, antes de señalar que deben ser las políticas y los mercados que funcionen los que corrijan estas desigualdades. "A la escuela le echamos la culpa de muchas cosas, esperamos de ella demasiado y en realidad corrige poco", alertó antes de hacer referencia a la "consecuencia de un modelo social que hemos generado".

Parrilla afirmó además que el modelo privatizador "de responsabilizar al ciudadano de su propia pobreza es un mensaje que ha calado mucho en la opinión pública, en los valores de la mayoría de la sociedad; hemos interiorizado mucho ese ideal pequeño burgués y ahora tenemos aquí las consecuencias" indicó.