Una marea rosa inunda el último mes las calles de Gijón. Los cuatro puntos de partida están bien definidos: los colegios públicos Evaristo Valle, La Escuelona, y Cervantes, y también la pista del parque de El Lauredal. Y a partir de ahí una hora de entrenamiento, de actividad física, de superación, preparación deportiva y de conciliación de la vida familiar con el ocio. El "Desafío Guerreras" cuenta ya con más de 60 gijonesas adscritas con el objetivo de disfrutar del deporte y ponerse a punto para disputar la "Carrera de Nochebuena" y la "Carrera de la Mujer" el próximo mes de junio cuando termine el curso escolar.

"Nuestro objetivo es ayudar a las madres asturianas a conciliar su vida familiar con el deporte mediante sesiones de entrenamiento físico adaptadas a todos los niveles, desde el principiante hasta el más avanzado", indica Eduardo Carvajal, promotor de la iniciativa que ha llevado a cabo esta propuesta, que cada día cuenta con más fieles.

Porque aunque están programadas dos sesiones de trabajo semanales, de hora y cuarto cada una, en cinco grupos distintos, la pasión por el "running" ha enganchado a esto conocido ya como grupo de "mamis" (una gran parte realizan la actividad deportiva tras dejar a sus hijos en el colegio). Es habitual incluso que, tras las sesiones de trabajo con los monitores, varias de ellas se citen, en plan quedada, para realizar otro entrenamiento más durante la semana por diversos puntos de Gijón sin monitores y por cuenta propia para no perder ni el ritmo ni tampoco la forma.

"Además de facilitar la conciliación, queremos fomentar la vida saludable y los hábitos deportivos de la mano de entrenadores profesionales con trato prácticamente individualizado", comenta Carvajal, que indica además que están sorprendidos por la gran aceptación que ha tenido la actividad y que el éxito radica en la adaptación de horarios: "Buscamos que haya ya un grupo que trabaje cinco minutos después de que los niños entren al colegio, o a primera hora de la tarde para las madres que trabajan fuera de casa".

La palabra deporte ya no es un tabú para la mujer. Cada vez son más las que deciden ponerse los playeros y el chandal y disfrutar con la actividad física. Los colegios han sido el punto de partida para introducir el gusanillo del deporte entre las sesenta primeras mujeres que se han unido al "Desafío Guerreras". Pero los impulsores de esta propuesta no se conforman y quieren todavía más. "Hay que buscar todavía que se le de aún más relevancia al deporte femenino", comenta Carvajal, que añade que "aunque cada vez hay menos tabúes y se ve ya como algo casi normal, todavía cuesta implantar el deporte entre las mujeres y existen dificultades, pero actividades como esta hacen que vayan calando aún más".

La iniciativa cuenta además con preparadores de nivel, como es el caso de Miguel Moro, atleta y medallista en Campeonatos de España.