Tanto Izquierda Unida como el PSOE coincidieron ayer en señalar que una baja ejecución presupuestaria este año condicionaría negativamente el límite de gasto para el año que viene y dejaría menos margen para acometer proyectos en la ciudad. "Habrá casi 24 millones de superávit. No hablamos de un ayuntamiento que esté endeudado, ni mucho menos, pero una mala ejecución presupuestaria en un año condiciona el techo de gasto del año que viene", recordó Ana Castaño, concejala de IU, mientras que José María Pérez, portavoz del PSOE, recalcó que, en caso de que queden muchos gastos previstos sin realizar, "de cara a 2017 no habrá prácticamente margen para añadir más dinero, y solamente se podrá cambiar partidas de unas áreas a otras".

Pérez expresó ayer su preocupación. "Las previsiones del cierre presupuestario del ejercicio de 2016 vuelven a ser malas, ya que se está ejecutando el presupuesto en la tónica negativa de otros años, lo que condiciona el gasto real de cara a 2017, como ya ha sucedido en ejercicios anteriores", resaltó. Ana Castaño, por su parte, manifestó que "nuevamente nos encontramos con la parálisis de la actividad municipal y la incapacidad del equipo de gobierno municipal para dinamizarla". Y agregó: "Los datos no son alentadores en un momento en el que estamos negociando el presupuesto de 2017".

Castaño incidió en el hecho de que "nuevamente vemos cómo la ejecución presupuestaria en la Fundación de Servicios Sociales es muy baja, todavía más baja que la del año pasado". Asimismo, la concejala de IU expresó que "es cierto que la prórroga presupuestaria es una situación que añade dificultades en la actividad habitual, pero en el año 2014, cuando también hubo prórroga, había una mayor ejecución presupuestaria; no todos los males tienen que ver con eso".