Ayer, en la explanada junto a la iglesia de San Martín de Veriña, el más aclamado de los presentes no era el santo, sino el pequeño cordero que se iba a subastar, que se llevaba todas las miradas y admiración, de mayores y pequeños. Como cada año, la asociación vecinal gijonesa celebra la fiesta en honor a su patrón, con una misa en la pequeña ermita, una sesión vermú y, sobre todo, con la rifa del pequeño cordero.

"La tradición se remonta a hace muchos años, cuando venían las cigarreras", explicó María Jesús Fernández, quien aseguró llevar cooperando con la asociación vecinal "toda la vida". "Aquí se montaba una fiesta enorme, que daba de algún modo inicio al invierno, con bailes, un magüestu, una gran comida con callos... se llenaba de gente de Veriña y alrededores, pero eso se está perdiendo", se lamentó Fernández.

Precisamente por ello, la asociación de vecinos trata de recuperar la tradición organizando "una misa de fiesta, un pincheo y la rifa", aclaró Fernández. En la famosa rifa se sortea un cordero vivo, que la asociación compra cada año, además de un jamón.

"Ahora acude más gente que nunca", se congratuló Amancio López, presidente de la asociación, "en los últimos años estamos llevando a cabo un gran esfuerzo para arreglar la capilla por dentro y mejorar la carretera de entrada, y eso la gente lo agradece", sentenció.

Tanto es así que, haciendo frente al mal tiempo, los feligreses abarrotaron la ermita durante la misa, e hicieron lo propio con la explanada que la rodea durante la pequeña procesión que llevó al santo y a la virgen por los alrededores del templo, portados por voluntarios y acompañados del sonido de la gaita, el tambor, y los voladores.

"Para nosotros es una gran satisfacción que la gente acuda y se implique cada año más", reconoció López, "las personas que acudían antes se fueron haciendo mayores y, en vez de alejarse de la tradición, la fueron pasando a las generaciones venideras, por lo que estamos muy orgullosos".

Así, tras la misa y la procesión se dio inicio a la sesión vermú y al tan esperado sorteo, que determinó el nuevo dueño de "Martín el corderín" como nombró al animal el numeroso público asistente al sorteo.

La tradición continuará, como cada año, el próximo domingo, con la celebración de una misa en honor a los difuntos de la parroquia veriñesa.