El domingo es el día oficial del vermú, sobre todo cuando el tiempo no acompaña para hacer actividades al aire libre y más aún cuando está en marcha el IX Campeonato de Pinchos de Gijón. La decisión, para muchos, ya estaba tomada.

"Todos los años solemos aprovechar este tipo de iniciativas", reconoce Jesús Urrutia, mientras porta en su mano uno de los pinchos participantes en el concurso, el propuesto por el Café Mayerling, "siempre venimos a probar el de este local, porque suele estar muy rico", apunta María de Silva. La tapa en cuestión, de nombre "Fui al mar a por naranjas... y con un bugre me encontré", está compuesta por "un arroz meloso con bugre, crema de marisco y un crujiente vegetal acompañado de una ensalada de algas y mango", en palabras de Javier López, gerente del local.

"Es una iniciativa muy positiva y claro que se nota", analiza López, "gracias al boca a boca, tenemos una buena fama y mucha gente viene de cabeza a probar nuestro pincho, muchas veces sin saber siquiera lo que es, por lo que viene mucha gente nueva", asegura, cifrando los pinchos vendidos entre el viernes y el sábado en "unos 250".

Con López coincide Mari Luz Mariño, de la cafetería As de Picas, "se mueve más gente y hay más volumen de ventas, la verdad que funciona muy bien, mejor incluso el concurso local que el de Asturias". Mariño presenta un "bombón cremoso de cabrales con nueves y jamón ibérico sobre una reducción de moscatel y frambuesa, con un crujiente de pan", un plato complejo porque "cada año hay más y más nivel".

Raúl Fernández y Raquel Laria dan el visto bueno a la tapa. "Nos gusta probar cosas nuevas así que esta es la oportunidad perfecta", explica Laria, mientras que Fernández apostilla que "es positivo para la ciudad, una buena forma de mover más gente".

Precisamente esa es la clave que da Juan Riestra, propietario de La Maestra, "hay mucha rotación, la gente viene, prueba el pincho mientras toma algo y se va a otro lado a seguir descubriendo", algo que valoran como "positivo, fue un fin de semana muy bueno, estuvo muy animado, vendimos más de un centenar de pinchos". Para Riestra, estos eventos son necesarios en "un mes tradicionalmente flojo como es el de noviembre".

Su propuesta, "un ravioli crujiente de molleja guisada, envuelta en tocino y rebozada en panko, con salsa de yogur y albahaca y mermelada de orejón y frambuesa para contrarrestar".

Para hosteleros y público, la valoración de este primer fin de semana del Campeonato de Pinchos es positiva, con visos de mejora de cara a la próxima semana, cuando el público "conozca más las propuestas y se animen a probarlas", sentencian los profesionales. Hasta el próximo día 20 se podrán degustar los más de 100 pinchos concursantes y votar al ganador en la web de LA NUEVA ESPAÑA.