El pasado 3 de noviembre Mariano Rajoy nombró a su Consejo de Ministros, al mismo tiempo que designó el reparto de carteras entre sus miembros. Dentro de ellas, resaltaba como novedad la inclusión del término "Agenda Digital" en la cartera del nuevo ministro Álvaro Nadal. De este modo, España pasaba a tener un Ministerio de Energía, Turismo y Agenda Digital. No se trató éste de un gesto para la galería del Presidente, ni de un uso retórico de las carteras para imprimir un aire de modernidad al Consejo de Ministros. No, un conocimiento detenido de lo que suponen las agendas digitales europea y española deja de relieve la necesidad de elevarlas a rango ministerial.

La Agenda Digital Europea es una hoja de ruta por la cual se espera llegar al llamado Mercado Único Digital, extendiendo a las nuevas tecnologías uno de los pilares fundamentales de la construcción europea: la ausencia de barreras entre países miembro. Como ejemplo de esto, encontramos que uno de los principales logros de este plan europeo será la eliminación en toda la Unión del roaming (coste adicional de las tarifas telefónicas cuando el usuario se encuentra en el extranjero) para el próximo 15 de junio de 2017. También se incluyen esta agenda europea la extensión de la fibra óptica, la inversión de más de 1.000 millones de euros en el grafeno como material del futuro o el desarrollo e implantación de redes 5G para 2020.

En cuanto a España, en 2013 se aprobó la Agenda Digital Española, la cual incluye 11 planes específicos con varios puntos clave: el fomento de la administración digital, el alcance de internet a alta velocidad en todo el territorio nacional o el avance hacia ciudades más sostenibles gracias a las nuevas tecnologías. Dentro de este último punto encontramos un asunto que atañe a la gestión municipal y, más concretamente, a Gijón. El Plan de Ciudades Inteligentes ha movilizado un total de 63 millones de Euros en su segunda edición, de los cuales 7.386.118 euros han ido a parar a nuestra ciudad con el fin de digitalizar nuestro ayuntamiento, gestionar la calidad del aire y mejorar la administración del transporte urbano y de los edificios públicos. En definitiva, hablamos de un asunto que no solo concierne al futuro, sino que también afecta de manera directa y constatable a políticas tangibles en el presente.

Con estos datos sobre la mesa, parece lógico que la Agenda Digital tenga rango ministerial dentro de la composición del nuevo gobierno. Hablamos de un sector que mueve casi medio millón de empleos en nuestro país, con más de 30.000 empresas involucradas que contribuyen al 4,4% del PIB. El gobierno de España ha asumido el papel de liderar esta gran transición, dando relevancia a uno de los asuntos que ha de marcar nuestro desarrollo tecnológico. Frente a este hecho innegable, existen dos opciones: encerrarnos en el miedo al cambio o, por el contrario, prepararnos para liderar esta transición de una manera justa, gradual y acorde con las convicciones que nos han hecho prosperar. Queda claro que el gobierno de Mariano Rajoy ha escogido la segunda.