La magistrada del juzgado de violencia de género de Gijón interrogará hoy al acusado de intentar matar a martillazos a su mujer en el domicilio que ambos compartían en el número 30 de la calle Luis Braile, en el barrio de El Natahoyo. El hombre había permanecido desde el pasado día 11 ingresado en el área de Psiquiatría del hospital de Jove, a donde fue conducido tras su detención. Hasta hoy los médicos no habían dado el alta al acusado, que padecía una depresión. La juez tomará una decisión en torno al futuro más inmediato del reo en cuanto finalice el interrogatorio.

Roberto A. P., un jubilado de Tenneco natural de Piloña, carecía hasta la fecha de antecedentes penales. No se habían presentado denuncias previas por violencia de género en la pareja. Los hechos que ahora son objeto de investigación judicial tuvieron lugar en torno a las cuatro de la tarde en el domicilio familiar. Al parecer el hombre atacó a su víctima por la espalda cuando la mujer estaba tumbada en la cama. El acusado accedió al dormitorio matrimonial armado con un martillo y un punzón. La mujer, con la que el detenido llevaba conviviendo doce años, consiguió zafarse de su agresor después de caer al suelo, en donde siguió recibiendo golpes. La herida pidió ayuda a gritos a sus vecinos. Llamó al timbre de varios pisos y finalmente fue auxiliada por una mujer que en esos momentos se encontraba cuidando de sus nietos. Esta testigo que declaró posteriormente ante la Policía se hizo cargo de la denunciante hasta que llegaron los sanitarios de emergencias médicas ayudada por otro vecino, un auxiliar de emergencias residente en el mismo edificio. "No se le veía la cara de la cantidad de sangre que tenía", aseguró la gijonesa tras el suceso. "Me quería matar", confesó la víctima. Tras la agresión el acusado abrió la puerta a la Policía y mostró a los agentes el armario en el que había guardado las armas ensangrentadas con las que había atacado a su pareja. Los agentes que procedieron al arresto aseguran que el hombre mantenía "un discurso incoherente, balbuceante y no respondía a preguntas". Desde Comisaría explicaron ayer que "ante estos síntomas evidentes de encontrarse afectada su capacidad cognitiva el hombre fue trasladado al hospital de Jove". Los vecinos del número 30 de la calle Luis Braile definieron al agresor como una persona "que ayudaba a la comunidad". Su excompañeros de trabajo, en cambio, el recordaban como una persona "que no se relacionaba mucho". Al parecer el hombre había estado ingresado cinco días en el área de Psiquiatría de Jove la pasada semana. Los médicos que trataron su depresión le dieron el alta un día antes de que perpetrara el ataque por el que ahora se podría enfrentar a la acusación de un delito de homicidio en grado de tentativa. La Policía remitió ayer a la jueza de violencia de género un primer atestado en torno a lo sucedido, lo que llevó a la magistrada a tomar las primeras medida cautelares. En cuanto el agresor reciba el alta será interrogado por la Policía y pasará a disposición judicial. Los investigadores ya tomaron declaración a la víctima en el hospital en el que se encuentra ingresada.