El asunto de la niña Nadia me revuelve el alma cada vez que lo leo y veo por las televisiones. Quiero pensar que tendrán a la cría apartada de todo este follón, aunque será difícil aislarla, para que le afecte en lo mínimo estar metida en un asunto tan feo que supongo las investigaciones policiales y la justicia lograrán esclarecer cuanto antes.

Es un hecho grave también para todos aquellos casos que aparecen en los medios y las redes sociales solicitando solidaridad, supongo que con razones de veracidad y necesidad indudables. Este caso nos debe llevar a la reflexión de que nos gusta enseguida, no dudo que por un afán de ayudar, transmitir cadenas solicitando colaboración y ayuda sin cerciorarnos de su procedencia. Nos avisan habitualmente de que muchas de estas cadenas sirven para usurpar ficheros para posteriores negocios, por lo que debemos ser muy precavidos.

Pero también hay algo más que me llama la atención: cómo es posible que un caso tan mediático como éste no haya levantado alarmas en la administración para que se investigara qué verdad había detrás, tanto para controlar el uso del dinero percibido para tratar la enfermedad no para el enriquecimiento personal, como para cerciorarse si no se podían aplicar desde el sistema público los tratamientos necesarios.

Han tenido que ser los medios de prensa los que han hecho un trabajo de indagación y como se suele decir "levantar la liebre". No puede volver a repetirse, porque se hace un perjuicio tremendo al sentimiento solidario de la ciudadanía y a esos casos que irremediablemente tienen que acudir a centros privados extranjeros para dolencias raras. Pienso que cuando se pongan en marcha nuevas campañas solidarias deben venir avaladas por entidades sociales de prestigio o informes de centros públicos de salud que certifiquen la necesidad de costear operaciones o tratamientos en centros muy avanzados.

No obstante, mi raciocinio me dice que lo lógico es que el sistema público de salud debe hacerse cargo de las enfermedades y tratamientos necesarios para garantizar una vida sana a la ciudadanía, si no fuera que hay algo que está fallando estrepitosamente: el presupuesto para investigar, porque buenos profesionales los tenemos. A lo mejor, donde hay que hacer donaciones es a un fondo solidario para desarrollar investigaciones médicas, ya que este gobierno no lo considera prioritario.