El conocido hostelero Alfredo González Vega, que se hizo popular en la noche gijonesa detrás de la barra del bar Escocia, falleció en la mañana de ayer a los 56 años.

González Vega, heredó de su padre, Alfredo González Fernández, el mítico establecimiento situado en el inicio del barrio de Cimavilla, en la cuesta de la calle Óscar Olavarría. La decoración le daba al Escocia una idiosincrasia única: los mesas de madera de castaño, los grandes bancos forrados con telas kilt (con lo que se hacen las tradicionales faldas varoniles escocesas), el futbolín que tantas partidas permitió disputar, la barra de madera con escudos tallados de los clanes escoceses, las lámparas de barco... o incluso los billetes que colgaban del techo provenientes de varios países gracias al público variopinto que se dejaba ver por allí. Eran sus clientes pescadores, regatistas franceses y habituales de todo Gijón que buscaban estar como en casa, como rezaba el escudo que saludaba a los forasteros: "This is your house".

Primero su padre en el mesón El Gallo, y luego en el Escocia, pusieron de moda la leche de pantera hasta que, a punto de cumplir los 28 años abierto al público, el estado de ruina que presentaba el edificio afectó a la continuidad del negocio. Era el año 2010 y el Escocia cerraba sus puertas para volver a abrirlas, poco después, en la antigua ruta de los vinos con una decoración similar que recordase el añorado punto de encuentro de la noche gijonesa donde abundaba la buena música, rock y moderna, siempre, por supuesto, a gusto del cliente que iba solicitando las canciones.

Tras dejar a un lado la hostelería, reflotó y dio prioridad a su gran pasión, la fotografía. Este hobby lo enfocó durante mucho tiempo a decorados naturales, en especial los cielos nocturnos, estrellas, amaneceres y atardeceres. Incluso el año pasado pasó la noche en vela para poder capturar el instante en que el eclipse total tiñó de rojo la Luna.

Alfredo González Vega era hijo también de María Nieves Vega Trabanco, ya fallecida, y hermano de Pedro y Francisco González Vega. Sus restos mortales reposan desde ayer en la sala 3 del tanatorio Gijón-Cabueñes a la espera de la celebración de la palabra, de cuerpo presente, que tendrá lugar en la capilla del tanatorio hoy a la una de la tarde.