Arcelor-Mittall sólo contempla como alternativa viable a la reconstrucción de las baterías de coque en Veriña, hacer lo propio con las de Avilés. Son las dos únicas alternativas que incluye el estudio de impacto ambiental elaborado por la consultora Applus para la multinacional siderúrgica, además de la alternativa de no hacer nada lo que abocaría al cierre de la siderurgia asturiana a medio plazo, según el informe de la consultora. El estudio no contempla la construcción de unas baterías completamente nuevas, tal como reclaman la Plataforma Contra la Contaminación en Gijón y grupos ecologistas.

El estudio está sometido a información pública desde ayer hasta el próximo 1 de febrero, plazo para presentar alegaciones al mismo. La consultora señala en el documento que "dado que Arcelor-Mittal tiene dos coquerías, en sus factorías de Asturias, no se contempla la alternativa de definir una ubicación diferente a las ya existentes dado que supondría la realización de trabajos adicionales de obra civil, tanto de retirada de las fundaciones existentes como de ejecución de las nuevas necesarias, con el consiguiente impacto potencial de los mismos y sin diferencias en el resto de vectores de impacto al mantenerse el mismo alcance (mejores técnicas disponibles), señala Applus, agregando que es inviable construir nuevas baterías en otra ubicación por limitaciones de espacio y por el mayor impacto de los trabajos logísticos con el carbón que tendrían. "Todo esto lleva a descartar la viabilidad de una alternativa que implique la construcción de una nueva coquería en una parcela diferente en las factorías de Arcelor-Mittal en España, considerando tanto la viabilidad técnica y económica de la misma como la variable ambiental", señala el documento.

Así las cosas, las dos alternativas que contempla el estudio a reconstruir las baterías de Gijón con mejoras medioambientales son hacer lo propio con las de Avilés o no hacer nada. El estudio señala que no hacer nada aboca al cierre a la siderurgia asturiana cuando se clausuren las baterías de Avilés porque "el funcionamiento de los hornos altos está totalmente vinculado con la existencia de este tipo de instalación auxiliar y ambos, junto con la sinterización" son necesarios para producir arrabio.

Por otro lado, el estudio considera que los impactos medioambientales serían peores en todos los parámetros en el caso de reconstruir las baterías de Avilés en lugar de las de Gijón. La multinacional prevé, por otro lado, cerrar la coquería avilesina en cuanto esté operativa la de Gijón, que fue cerrada en 2013.

Críticas ecologistas

El estudio encargado por Arcelor ya ha cosechado las primeras críticas. Paco Ramos, de Ecologistas en Acción, no cuestiona que la multinacional quiera aprovechar los cimientos de las viejas baterías pero se pregunta si las otras partes de las mismas que va a aprovechar para las nuevas "son compatibles con las mejores técnicas disponibles".

Otro de los aspectos que han criticado los ecologistas es el punto de partida para el análisis de las repercusiones en la calidad del aire de la nueva instalación. La consultora dice que las emisiones de Arcelor son inferiores a las establecidas en la normativa de referencia, "algo que no es real con los datos públicos de esas estaciones que convierten a las zonas de Tremañes, Monteana, Jove y La Calzada como zonas altamente contaminadas", señala Fructuoso Pontigo, de la Coordinadora Ecologista de Asturias.

Pontigo añade que mientras el Principado apunta que el 83% de las partículas inferiores a 10 micras (PM10) son de origen industrial en Monteana, "Arcelor solo reconoce ser responsable del 2% y del 0,49% de las de Tremañes", donde el Principado estima que un 56% son de origen industrial. Ramos por su parte recalca que estudios encargados por el Principado apuntan a Arcelor como el principal responsable de la contaminación en los peores días del año, mientras que Applus parece haber considerado los valores medios de todo el año.