El Supremo ha condenado a un hombre a 7 años y nueve meses de cárcel por el intento de asesinato de su hermano, a quien apuñaló en el corazón, la cara y la cabeza con un cuchillo de cocina de 14 centímetros, en Gijón y muy pocas fechas después de transcurridas las fiestas navideñas.

La sentencia señala que el condenado, Javier F. C., convivía con su madre, Mercedes, de 86 años de edad, y su hermano Jesús-Enrique, con el que mantenía "una relación conflictiva".

Tan conflictiva era la relación entre los hermanos que, siempre según el relato de hechos de la sentencia, "el día 21 de enero de 2015 cerró con pestillo la puerta de acceso a la casa y esperó a su hermano Jesús-Enrique -que se encontraba fuera en ese momento- con un cuchillo de cocina en la mano, de 14,5 centímetros de hoja".

"Sobre las 13:10 horas de ese día, al llegar a la vivienda Jesús Enrique, no pudiendo acceder la misma, comenzó a golpear la puerta para que le abrieran, haciéndolo su madre", continúa el relato de hechos.

"Nada más entrar Jesús-Enrique fue a pedir explicaciones a su hermano Javier quien, con el cuchillo que portaba, asestó a Jesús-Enrique una puñalada en el pecho, a la altura del corazón, que le ocasionó riesgo vital", añade.

"Pese a estar gravemente herido, Jesús-Enrique fue a coger un martillo con el que intentó desarmar a Javier, sin conseguirlo, pues éste, persistiendo en su ánimo de atentar contra la vida de su hermano, le asestó de nuevo dos cuchilladas a la altura de la ceja y a la altura de la cabeza".

"La pérdida de sangre, hizo que Jesús-Enrique se desplomase, cesando entonces Javier en la agresión", concluye el relato de hechos.

La víctima no falleció, aunque sufrió heridas muy graves y cicatrices, por lo que su hermano resulta condenado, como autor responsable de un delito de homicidio intentado, a la pena de siete años y nueve meses de prisión.

El reo argumentó en su defensa que fue su hermano el que empezó la agresión, lo que según su versión corroboró la declaración policial de su madre, ya fallecida cuando tuvo lugar el juicio.

Actuó, dijo, "por un momento de ofuscación y en su intento de repeler la agresión con un martillo de la que estaba siendo objeto. Y no pretendía causar la muerte de su hermano", argumenta en su recurso contra la condena.

Pero lo que el reo pone en boca de su madre muerta no es lo cierto, recuerda el Supremo, que señala que el tribunal sentenciador basó adecuadamente su condena.

Así, la versión de los hechos que la madre de acusado y víctima prestó en dependencias policiales y que, por su fallecimiento, no pudo ratificar en el juicio, versión que repitieron en la vista los policías ante los que aquella declaró, acusaba a Javier.

Según los policías, el relato de la anciana era relevante en dos aspectos: el acusado esperaba a su hermano con un cuchillo y le pinchó antes de que éste se hiciera con un martillo, recuerda la sentencia, que de este modo avala el fallo condenatorio de la Audiencia Provincial de Asturias.