Un grupo de emprendedores, en su mayoría de Castilla y León, intenta promover la construcción de una planta de bioetanol cerca de Benavente (Zamora), un proyecto que de cuajar podría suponer la exportación por El Musel de hasta 160.000 metros cúbicos de este producto al año. La idea, que ha cosechado apoyos institucionales pero que aún carece de los 180 millones de euros necesarios, surgió hace 12 años.

El principal impulsor del proyecto, el ingeniero agrónomo Vicente Merino, señala que de salir adelante sería la primera biorrefinería multifuncional de Europa. Multifuncional porque estaría preparada para procesar tanto remolacha como maíz. La localidad en la que se levantaría la planta, Barcial del Barco, está a unos 60 kilómetros de importantes plantaciones, en una zona en la que ya han cerrado varias refinerías de azúcar.

El 14 de marzo de 2014, se constituyó con 3.110 euros de capital Biorrefinería Multifuncional Barcial S.L., administrada por el constructor Silverio Mayendia Diez y participada además de por Vicente Merino por el asturiano Luis Orejas Rodríguez-Arango a través de su sociedad Magdala & MF Investment.

La empresa está intentando captar fondos de inversión para que entren en el proyecto, los cuales exigen garantías para aportar dinero. Orejas considera que el mejor aval que se puede ofrecer a los inversores es el valor de la fábrica en funcionamiento, dado que la producción de bioetanol "es una buena inversión". La empresa ha solicitado fondos a la Consejería de Economía de Castilla y León, que a su vez ha tramitado una petición de financiación al Banco Europeo de Inversiones (BEI) para el proyecto.

Los promotores del proyecto han llegado a acuerdos con agricultores del páramo leonés y de los valles del Órbigo, Tera y Esla a los que comprarían su remolacha al doble del precio que les pagan las azucareras, vinculando las variaciones posteriores de ese precio a las fluctuaciones que tenga la cotización del etanol en los mercados de materias primas.

La riqueza que puede crear para la zona explica que el proyecto haya sido catalogado como "estratégico" por la Junta de Castilla y León, además de apoyado en la Comisión de Industria del Congreso de los Diputados. A eso se suma que eurodiputados de todos los grupos políticos también han firmado un manifiesto de respaldo este mes.

Según Merino, el proyecto requiere de más de 180 millones de euros para salir adelante, destinando unos 160 a la construcción de la refinería (IVA incluido), 20 millones para circulante y otros dos millones para sendos tanques de almacenamiento en El Musel.

La idea de los promotores es atraer a socios que aporten el 30% del capital necesario para el proyecto y obtener el 70% restante de financiación externa.

La empresa cuenta con tres patentes y asegura que tiene acuerdos con potenciales clientes extranjeros para el bioetanol, concretamente en Japón, señala Orejas. A eso se suma que la fábrica también generaría 110.000 toneladas anuales de pienso para ganado a partir de la pulpa de la remolacha y del maíz, lo que supondría el 23% de las ventas de la empresa, comercializando esos piensos en Asturias, Galicia, Castilla y León y Extremadura.

Entre las gestiones que los promotores han realizado en estos años para perfilar su proyecto, se incluyen entrevistas con una naviera asturiana y con directivos de la Autoridad Portuaria de Gijón. Estos últimos les han trasladado que la mejor ubicación en El Musel para los dos tanques de 5.000 metros cúbicos cada uno, sería una parcela de 2.000 metros cuadrados cerca del control B, con una conducción de 365 metros de largo hasta el pantalán de graneles líquidos del Puerto.