La Asociación de Antiguos Alumnos del Real Instituto Jovellanos ha cambiado de presidente. Tras ocho años al frente de la organización, José Miguel Fernández Suárez, "Chechu", daba el relevo el pasado jueves 15 de diciembre a Manuel Santiago López, después de que el otro aspirante, Juan José García Rúa, retirara su candidatura.
En estos cuatro años, Manuel Santiago López (Gijón, 1965) liderará un proyecto continuista con la línea anterior, que consiguió reflotar la asociación después de unos años de bajón, pero incluyendo además propuestas innovadoras con el fin de convertirla en una entidad más llamativa para sus socios, siempre fiel a los ideales jovellanistas, de los que es confeso seguidor.
Sus compañeros de trabajo definen a Manolo como una persona especial, que siempre está dispuesto a echar una mano a quien se lo pida y que se apunta a lo que haga falta, además de buen compañero, extremadamente curioso y, en ocasiones, despistado porque "tiene muchas cosas en la cabeza siempre". Nadie duda de que "quiere mucho al Instituto", del que fue alumno y en el que sigue siendo docente.
Una profesión que en el caso de Manuel, quizás todavía más que en muchos otros, es vocacional, hasta el punto de que podría estar jubilado pero prefiere seguir ejerciendo su labor, y que además lo hace con gusto. Tanto es así que ha exportado esta pasión a sus dos hijas, ambas maestras, fruto de su relación con su ahora mujer y antaño novia de toda la vida, Cristina, médica especializada en hepatología en el Hospital de Jove.
Manuel es también una persona muy querida por sus alumnos del Programa de Mejora de Aprendizaje y Rendimiento del Instituto Jovellanos, anteriormente conocido como Diversificación, área en la que lleva ejerciendo muchos años de los más de veinte que acumula en la institución. Para sus alumnos, es un apoyo incondicional para ayudarles a superar los obstáculos que se les plantean, siempre echándoles una mano más, intentando que se impliquen con lo que hacen.
De él, dicen que es "un hombre del Renacimiento": biólogo de formación -desde que comenzó a admirar a Félix Rodríguez de la Fuente y licenciado en el año 1979, con unos apuntes que eran la envidia de la carrera-, paleontólogo aficionado, profesor desde hace más de dos décadas, escritor, pintor fovista con diversos reconocimiento, maquetista, gaitero, exjugador y entrenador de balonmano, y un largo etcétera. De hecho, fue él el encargado de construir las maquetas de todas las sedes por las que pasó la institución educativa, además de escribir un libro con esta temática, "Las sedes del Instituto Jovellanos", siempre en colaboración con sus alumnos de Diversificación.
Además, trabajó ocho años en la compañía teatral "Quiquilimón" y desde el año 1985 tiene un grupo de teatro de sombras llamado "El Turnebís del Tribilín", uno de los pocos grupos de teatro de sombras chinescas que representan en España, con el que hace actuaciones en diferentes colegios, institutos y entidades culturales de Gijón, colaborando con conocidos grupos de la ciudad, como "Pauline en la Playa".
Precisamente, sobre uno de los mayores genios multidisciplinares de la historia, Leonardo da Vinci, con el que algunos incluso le comparan, está enfocado su último y ambicioso proyecto: desarrollar una exposición de maquetas sobre la vida y obra del italiano con razón del quinto centenario de su nacimiento, en 2019, para el que ya ha construido más de 25 maquetas y murales junto con sus alumnos, con los que organiza otra gran exposición para las mismas fechas, en las que se cumple el 225.º aniversario de la creación del Real Instituto Jovellanos, institución a la que dedicó gran parte de su vida y seguirá haciéndolo, al menos, hasta dentro de cuatro años, cuando finalice su mandato al frente de la asociación de antiguos alumnos del centro.
