El Juzgado de lo contencioso-administrativo de Gijón acaba de confirmar la multa de 3.000 euros que el Ayuntamiento de la ciudad le impuso en su día a un ciudadano de origen extranjero y a dos menores de edad acusados de robar varias señales de tráfico que se encontraban en la vía pública. Al parecer los sancionados pretendían vender el botín como chatarra. Pero fueron interceptados por la Policía Local.

Los hechos que acaban de ser clarificados en sede judicial tuvieron lugar en diciembre del pasado año. Fue entonces cuando los ahora sancionados se encontraron con las señales. Según su testimonio los bienes municipales se encontraban "tiradas en el suelo, oxidadas y con claros signos de putrefacción". Los tres acusados se llevaron las señales en un carro tirado por caballos que fue interceptado por la Policía Local poco después. Los agentes consideraron a los presuntos ladrones autores de una falta "muy grave" contra la ordenanza de circulación.

El magistrado de lo contencioso encargado del caso asegura que el informe elaborado por la Policía Local es suficiente para enervar la presunción de inocencia de los ahora imputados, que deberán afrontar el pago de la sanción correspondiente. La sentencia es firme y contra ella no cabe interponer recurso alguno ante un órgano jurisdiccional superior.