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Un gijonés lucha por recuperar al hijo que su expareja se llevó a Suiza hace un año

Una sentencia española, que la Justicia helvética no aplica, dio al padre la custodia definitiva del niño, de 10 años, criado por la familia en Gijón

Un gijonés lucha por recuperar al hijo que su expareja se llevó a Suiza hace un año

Un padre gijonés ha visto apenas dos veces a su hijo en el último año, y siempre custodiado por la policía, después de que su expareja huyera sin previo aviso con el niño hasta Suiza, su país natal. Y ello pese a que tiene la custodia del niño y los dictámenes judiciales hasta la fecha, tanto los emitidos por la justicia española como por la suiza, confirman la ilicitud del traslado del menor y exigen su inmediata devolución a España. Sentencias que, además, sostienen que hay evidencias de que el menor está siendo manipulado por el entorno materno en contra del padre.

La historia se inicia en 2006 con el nacimiento del niño en Suiza. Un mes después la familia regresa a Gijón donde conviven durante tres años de relación y otros tres más separados pero viviendo bajo el mismo techo. Después, la madre se muda con otra pareja y mantienen un sistema de custodia en la que reina el entendimiento hasta que deciden formalizar y legalizar el régimen de tutela del menor a principios del año pasado. El 13 de enero de 2016 se fijó la firma del convenio para ratificar el acuerdo, un mero trámite al estar las dos partes en entendimiento, pero ella no se presentó. Tres semanas más tarde cogió las maletas y se llevó el niño a Suiza sin previo aviso y dando paso a una batalla judicial.

El Juzgado de Familia número 9 de Gijón le dio la razón al padre en un auto emitido el 26 de julio de 2016 -y firme- en el que se declaró la ilegalidad del traslado, y la obligación de la madre de entregar al niño además de conceder de forma provisional la custodia del niño hasta que la sentencia fuera definitiva. Y lo fue el 8 de noviembre del pasado año por el mismo juzgado de familia que concede la custodia definitiva y en la que se da por buena la sospecha de que el menor había sido manipulado. "El régimen de visitas de la madre para con el menor será de los meses de julio y agosto, y la mitad de los periodos de vacaciones de Navidad y Semana Santa, eligiendo el padre los años pares y la madre los impares", sostiene el fallo judicial especificando que el menor no podrá salir del territorio nacional "sin autorización de ambos progenitores o judicial". Pero ella recurrió.

También son favorables las resoluciones en el país helvético. El 23 de junio el Tribunal Cantonal de Lucerna, bajo el marco del el Convenio de 25 de octubre de 1980 sobre los Aspectos Civiles de la Sustracción Internacional de Menores, calificó como ilícito el traslado y ordenó la entrega a su padre. Ella recurrió una vez más y el Tribunal Federal de Suiza -como el Tribunal Supremo español- ratificó la sentencia. Incluso añadió que el menor estaba siendo manipulado.

Las sospechas de esta situación responden a que el pequeño declaró en el primer juicio que "le encantaría pulsar un botón y estar con su padre, y volver a pulsarlo y estar con su madre, a partes iguales y a ser posible pasar mucho tiempo con ambos". En cambio, llegó una carta al Tribunal Federal suizo manuscrita por el pequeño en la que criticaba al padre, con insultos, y al proceso judicial. Ello levantó las sospechas de los juristas. Según la sentencia suiza "la carta está escrita en un alemán casi perfecto, con estructuras gramaticales relativamente complicadas, y parece que no haya sido redactada por un niño de su edad con el español como lengua materna, sino que ha sido dictada por una persona adulta e implicada en el procedimiento".

Con el amparo legal, el padre viajó hasta la localidad de Lucerna pero la entrega del menor se frustró. "Estaba toda la familia rodeando y jaleando al niño, que estaba en el coche de su madre; la policía no intervino, sólo para decirme que yo no podía coger al niño, que si le ponía una mano encima para meterlo en mi coche me expulsarían del país", recuerda el padre de este hecho en agosto. Se volvió a España sin él y entonces se abrió una petición de ejecución forzosa que su exmujer quiso paralizar aduciendo que el niño no quería volver a España. Un argumento que ha servido para que en Suiza se reabra el caso pensando en lo mejor para el menor pese a los informes judiciales y psicosociales que defienden la manipulación. Volvió en noviembre y al acercarse a la casa de su hijo le rodearon tres coches de policía para controlarle y sólo logró unas horas con él. Volverá el 28 de enero, en coche, para estar cinco horas con su hijo y una trabajadora social en medio. "Por supuesto iré, a intentar rehacer la historia con mi hijo, un niño que tenía adoración por mí y que ahora me tiene miedo porque su mamá le dice que me lo voy a llevar y no la va a ver más", revela.

A lo ya expuesto se suma ahora un problema mayor. La ley suiza, con marcado acento matriarcal en lo que a tutela de los niños se refiere, según el padre, estipula que después de cumplirse un año viviendo en el país helvético se puede iniciar un proceso de custodia exclusivo y unilateral por medio de la madre. "Y el tiempo no lo da", señala el padre consciente de que a principios del mes de febrero se cumple el plazo. "Intentaremos evitarlo, ejecutando la sentencia", estima su abogado Sergio Geijo. Pero la pelota está en el tejado de la justicia suiza que desampara a este padre gijonés.

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