Compañera, amiga, participante, voluntaria, trabajadora, vecina... A los hombres y mujeres que dan vida a la entidad "Mar de niebla", y al proyecto vital y de solidaridad que representante, no les quedaban ayer palabras para definir a Rosa Yepes Maya, fallecida el día dos en el Hospital Universitario Central de Asturias (HUCA), donde había sido ingresada tras sufrir un derrame. Tenía 51 años. Su inesperado fallecimiento fue un duro golpe para todo el equipo y los colaboradores de "Mar de Niebla".

A esta organización con sede en el barrio de La Calzada había llegado hace unos años como participante en un proyecto de empleo. El proyecto se acabó pero no la relación de Rosa con "Mar de niebla" a la que quedó vinculada como voluntaria. Y algo más tarde sumó también la condición de trabajadora en labores de limpieza. "Era la primera en llegar y la última en irse", recordaba ayer Héctor Colunga, director de la entidad. Otros habituales de la sede de la organización en la calle Martín hacían referencia a su sonrisa, su generosidad y su entrega.

El golpe fue doblemente duro para toda la organización ya que a ella también está vinculado laboralmente su ahora viudo, Luis Alfonso Muñiz Berdayes, que se ocupa de las labores de mantenimiento. Y tampoco era un desconocido para nadie Marco, el nieto de Rosa. El matrimonio había tenido dos hijos: Tatiana y Luis Alfonso. La familia tenía amplios vínculos en la zona oeste gijonesa.

A las dos y media de esta tarde está previsto que los restos mortales de Rosa Yepes sean incinerados en el tanatorio de Gijón-Cabueñes.