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Asturias, la comunidad con mayor polución industrial: casi un quinto de la de España

Un total de veintisiete instalaciones emitieron 188.450 toneladas de contaminantes en 2015, de las que 126.212 tuvieron origen en Arcelor

Emisiones de humos y vapor de agua, en las instalaciones de Arcelor en Avilés. MARA VILLAMUZA

Asturias es la comunidad autónoma con mayores emisiones contaminantes de España, según reflejan las últimas estadísticas validadas por el Ministerio de Medio Ambiente, correspondientes al año 2015. Las 27 instalaciones más contaminantes emitieron ese año por sus chimeneas 188.450,56 toneladas de contaminantes a la atmósfera, lo que representa el 18,78% del total nacional, más de cuatro puntos por encima que Andalucía, comunidad con ocho provincias que ocupa el segundo lugar.

Las factorias de Arcelor Mittal en Gijón y Avilés, con 126.212,89 toneladas de contaminantes lanzados a la atmósfera cada año son, con diferencia, el primer emisor de Asturias y de toda España (el segundo es una térmica de Andorra con 47.186 toneladas).

Tras la siderurgia, el mayor volumen de contaminación se debe a cuatro térmicas: la de Aboño, segundo emisor de Asturias y sexto de España, con 18.140,18 toneladas; la de Soto de Ribera, con 10.757,46 toneladas; la del Narcea, con 9.140,63 toneladas y la de Lada, con 5.578,75 toneladas.

El mayor volumen de emisiones se distribuye en el eje que va de Gijón a la comarca de Avilés, pasando Carreño. Aunque las factorías de Arcelor aportan la mayor cantidad de contaminantes en conjunto, otras industrias están por delante si se desagregan por tipo de contaminantes. Así en partículas inferiores a 10 micras, PM 10, la térmica de Aboño emitió 565 toneladas en 2015 frente a las 366 de las dos factorías de Arcelor.

En sustancias que provocan lluvia ácida el mayor emisor vuelve a ser la térmica de Aboño, con 8.490 toneladas de óxidos de azufre y 9.040 toneladas de óxidos de nitrógeno (cantidad esta última que descenderá con la entrada en servicio de la desnitrificadora de su grupo dos).

Comparado con la contaminación del tráfico, las 1.405,08 toneladas de PM 10 emitidas por cinco industrias asturianas -las térmicas de Aboño, Soto de Ribera y Narcea, las factorías de Arcelor y la papelera de Navia- equivalen a las que emitirían 1,87 millones de turismos diésel (los más contaminantes) circulando 15.000 kilómetros al año por ciudad. En cuanto a los óxidos de nitrógeno, las 38.055,12 toneladas que la industria echa al aire en Asturias al año equivalen al que saldría de los escapes de 2,6 millones de coches en ese kilometraje, según los niveles de emisiones divulgados en 2005 por la Dirección General de Tráfico (DGT) en base a los resultados del Programa Europeo de Pruebas de Emisiones (de 0,001 a 0,05 gramos de PM10 por kilómetro y de 0,168 a 0,974 gramos de óxidos de nitrógeno por kilómetro). El parque móvil total de vehículos en Asturias era de 660.117 en 2014, según la DGT.

Como emisores de benceno, en 2015 sólo se declararon dos grandes emisores en Asturias: Arcelor con 7,38 toneladas y las baterías de coque de Química del Nalón, con algo más de una tonelada. Arcelor y Asturiana de Zinz emiten la mayor parte de los metales pesados; con 13,78 toneladas de la siderúrgica y cerca de 11 por Azsa (8,85 en su fábrica de transformados y 2,11 en la fábrica de zinc). Otro contaminante nocivo, los compuestos orgánicos persistentes -que al no degradarse en el medio ambiente acaban pasando a la cadena trófica- tiene en la planta avilesina de Alcoa, con 1,24 toneladas, su principal emisor en Asturias.

Las cifras de contaminación industrial que recoge el Ministerio de Medio Ambiente corresponden a las declaradas por las industrias que sobrepasan un determinado volumen de emisiones, algo que les obliga a comunicarlas, en cumplimiento de la normativa europea y española. Las emisiones de las principales industrias están monitorizadas, además, en tiempo real por el Principado. En 2015 hubo 27 complejos industriales en Asturias que comunicaron esos datos, emisiones por su actividad, con la excepción de Du Pont, cuyas emisiones se debieron a motivos accidentales.

Los datos no incluyen otro tipo de emisiones, como las denominadas difusas, las que se producen por acopios y trasiegos de graneles en actividades portuarias o fabriles. El elevado volumen de contaminación industrial en Asturias no supone que las empresas infrinjan la normativa medioambiental y podría bajar por cambios legales impulsados por la UE. Fruto de ello fue la instalación de desulfuradoras en las térmicas la década pasada y ahora la instalación de desnitrificadoras. La UE también ha puesto en marcha una directiva sobre emisiones industriales, que impone plazos para aplicar las mejores técnicas según cada sector industrial, directiva que ya está traspuesta a la legislación nacional.

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