El Musel consiguió, con 66.000 contenedores que pasaron por las instalaciones del Puerto en 2016, su récord absoluto en volumen de este tráfico. El crecimiento fue del 6% en relación al último año y se ha multiplicado por 8,5 a lo largo de la última década. También fue exponencial el crecimiento del denominado "tráfico ro-ro", aunque con datos todavía poco significativos.

En líneas generales, el tráfico global tuvo una caída del 12,2% debido a las paradas técnicas ya previstas para mejoras medioambientales en la mayoría de las centrales térmicas que se abastecen de carbón a través de El Musel. Además, tanto la mercancía general -8,7%- como los graneles sólidos - 5,5%- tuvieron una evolución positiva. No fue el caso de los graneles líquidos, que cayeron un 9,9%, lo que se explica por el cese de envase de bombonas de butano, así como por la menor demanda de productos asfalticos a raíz de la caída de la obra pública.

Por lo que se refiere a la terminal de graneles sólidos EBHISA, las paradas de más de tres meses para su adaptación medioambiental de las térmicas de Aboño, Soto de Ribera, Lada y Narcea acarrearon un menor consumo de carbón, lo que se tradujo en una disminución del tráfico en este capítulo de más del 40%. Este dato, sumado al descenso en un 2,4% del volumen de tráficos derivados de Arcelor Mittal, ha supuesto una caída general de tráfico de la terminal estimado en un 18,3%.