El expresidente de la Cámara de Comercio, Industria y Navegación de Gijón, Luis Arias de Velasco, se enfrenta a una petición de tres años, que inicialmente solicitan para él las acusaciones particulares, por el supuesto envío de un correo electrónico a todos los empleados de la entidad -remitido desde una cuenta abierta a nombre de Félix Baragaño- en el que aireaba los sueldos de cada uno de los empleados y decía que había un acuerdo para un ERE de extinción de contratos entre la dirección cameral y el comité de empresa. Arias de Velasco sostuvo ayer que nada tuvo que ver con el envío de ese correo electrónico, en la primera sesión del juicio, que se celebra en el juzgado penal número 3 de Gijón y que concluye mañana miércoles con una segunda sesión. El fiscal no presentó inicialmente acusación.

La circular remitida a todos los trabajadores de la Cámara se envió en diciembre de 2011, a los dos meses de que Arias de Velasco hubiera cesado como presidente de la entidad y con protestas laborales. La llegada al cargo de Félix Baragaño había calmado el clima de tensión que se vivió en la Cámara con Arias de Velasco, quien había intentado promover un ERE para despedir a 45 de los 65 trabajadores de la institución. Baragaño y el comité de empresa acabaron por pactar un plan de viabilidad con la extinción de sólo 11 contratos. Mientras se estaban llevando a cabo las negociaciones de este nuevo ERE fue cuando llegó el correo electrónico que volvió a generar incertidumbre y malestar en la plantilla, tal como declararon los perjudicados que ayer testificaron en el juicio.

La cuenta de correo desde la que se envió la circular se abrió en un aula común de la Facultad de Económicas, en Oviedo, con el nombre felixbaragano@yahoo.es. Diez minutos después de que se hubiera abierto esa cuenta de correo, supuestamente se produjo el envío de la circular desde un ordenador personal usando la conexión de internet del domicilio de Luis Arias de Velasco, según relató ayer uno de los policías que investigaron los hechos a raíz de la denuncia presentada por la Cámara de Comercio y los trabajadores.

Arias de Velasco también está acusado de supuestamente haber accedido con anterioridad desde su ordenador personal a los de la Cámara de Comercio, para extraer del correo de la entonces jefa de administración la hoja de Excel con los datos personales y salarios desglosados de todos los trabajadores. El jefe de informática de la Cámara señaló ayer durante el juicio que se le había olvidado revocar la autorización de acceso remoto -que le había instalado a Arias de Velasco en el ordenador de su domicilio en función de su cargo- debido a que éste había solicitado y obtenido permiso para seguir usando unos meses su cuenta de correo en la Cámara.

Además de los tres años de cárcel que para él piden los representantes de 51 trabajadores que le acusan y el de la Cámara de Comercio, Arias de Velasco también se enfrenta a una petición de más de 50.000 euros de indemnización: 6.000 reclamados por la Cámara y 1.000 por cada trabajador.

El caso fue archivado dos veces por el juzgado de instrucción 4 y reabierto otras tantas por la Audiencia Provincial. Arias de Velasco negó ayer que él hubiera entrado en ninguna cuenta de correo ni que hubiera difundido información alguna y señaló que su relación con la Cámara concluyó con su cese en octubre de 2011. Una de las lineas de la defensa pasa por apuntar que el ordenador personal de Arias de Velasco pudo haber sido pirateado y utilizado, mediante algún tipo de virus, para cometer la supuesta revelación de datos por la que se sienta en el banquillo. La defensa también preguntó a alguno de los testigos si eran conocedores de las desavenencias por su liquidación entre la Cámara y el exdirector general de la entidad y catedrático de economía en la Universidad de Oviedo, Camilo Vázquez. El correo que se envió a la plantilla, desde una cuenta de correo creada en un ordenador de la Facultad de Económicas, "creó mucha tensión entre los trabajadores, porque decía que el comité estaba de acuerdo con una maniobra de ese tipo", relataba ayer uno de los denunciantes.