Si a Isabel Bono le hubieran dicho hace unos meses que iba a ser autora de una novela, no se lo hubiera creído. Ni siquiera se lo cree hoy, y eso que "Una casa en Bleturge", ganadora del premio "Café Gijón", fue presentada ayer en el centenario café madrileño. "Aún no la he leído en papel por pudor y no lo haré hasta que baje de la nube en la que estoy", comentaba ayer en la presentación del libro editado por Siruela con el apoyo del ayuntamiento gijonés. "El proceso de escritura fue caótico. Empecé escribiendo fragmentos y vi que iban encajando en forma de novela, aunque todavía no me atrevo a llamarla así. Al dársela a leer a mi marido me convencí de que lo era", comentó la malagueña.

Ofelia Grande, directora de la editorial Siruela, anunció que "la segunda edición de "Una casa en Bleturge" ya está en marcha. Nos gustó tanto que la habríamos publicado igualmente aunque no hubiese ganado el premio. Cuando leímos las pruebas pensamos cómo es posible escribir tan bonito de algo tan feo". Y es que la novela trata sobre las complicadas y duras relaciones humanas de una familia en la que la muerte de una hija años atrás condiciona su presente, erigiéndose la soledad como auténtica protagonista del drama. "El tema es dramático, pero no quería escribir sobre algo triste, sino sobre algo real" afirmó Bono. El escritor José María Guelbenzu, miembro del jurado, abundó en la tesis de que "cuando la novela entra en un estado de perplejidad como el que vivimos, se refugia en el realismo. La obra de Bono es realista pero su ritmo difiere del realismo habitual". La autora coincidió con Guelbenzu al afirmar que "muchas novelas se parecen demasiado entre ellas. Son Bukowski en español, un realismo sucio que a mí no me dice nada".

Estos ritmos diferentes vienen provocados por el respeto que Isabel Bono demuestra hacia la pausa. "Es una novela lenta; tenemos que aprender a detenernos", afirmación que abundó con críticas a las redes sociales que aceleran y dispersan la realidad: "Facebook me parece un tirano, demasiado rápido e inhumano. Es la nueva cueva de Platón, donde confundimos las sombras con la realidad. Vemos a amigos con los pies cruzados en la playa o yendo de fiesta e identificamos eso con la vida, pero es una falsa realidad. Yo soy visceral, no intelectual". Para Bono, la digitalización está desprestigiando el oficio de escritor: "La posibilidad de publicar en las redes inmediatamente provoca que estamos cayendo en el todo vale. Cualquier cosa no es Literatura. Se está haciendo pasar como Literatura cosas que no lo son y esto baja el nivel de los escritores".

Ana Monserrat López Moro, concejal de Educación y Cultura del Ayuntamiento de Gijón, ratificó "el apoyo incondicional del Ayuntamiento al premio 'Café Gijón', que ha cumplido ya 68 ediciones" y concluyó afirmando que "una sociedad que está leyendo, está aprendiendo y avanzando".