El empresario gijonés Rafael Riva Meana está intentando negociar con un armador griego el flete a casco desnudo (alquiler sin tripulación) de un ferry, como último intento para relanzar la autopista del mar entre El Musel y el puerto de Montoir de Bretagne (Saint Nazaire-Nantes), después de que los cuatro bancos a los que sucesivamente pidió un préstamo para comprar un barco hayan rechazado fiarle.

La solvencia del proyecto del empresario gijonés -que en su día también intentó promover la construcción de un circuito para deportes del motor en Sotiello- fue cuestionada desde sus inicios por la patronal del transporte por carretera. El perfil del promotor también generó dudas entre cargos públicos, aunque nunca las formularon abiertamente. En lugar de ello, las administraciones públicamente respaldaron su propuesta, lo que permitió al empresario conseguir que la UE le concediera una subvención de 433.500 euros para reformar un ferry coreano con 20 años de antigüedad, si llegaba a comprarlo.

La cuenta que echaba el empresario era obtener un crédito bancario de 4 millones de euros, una subvención de 1 millón de euros del Idepa, obtener 652.000 euros de Bruselas y aportar él el resto en un proyecto que ascendía en conjunto a 6 millones de euros. La cuenta también incluía obtener 15 millones de euros de subvenciones del Estado. Ni Puertos del Estado ni el Idepa accedieron, la UE sólo concedió una parte y los bancos nada.

Tras la negativa de Liberbank, BBVA, Banco Popular y Abanca a darle crédito para el barco coreano, Riva intenta fletar un ferry griego a casco desnudo, con una opción de compra tras cuatro años de alquiler. Según el proyecto del empresario, que está asesorado por Carlo Tagmani (el antiguo responsable en España de la Autopista del Mar cuando la operó LD Lines), ahora sólo necesitaría un millón de euros de capital circulante para cubrir los gastos del primer año de actividad de la linea. No está claro si al no disponer de subvenciones para ese gasto, el empresario arriesgará su patrimonio para echar a andar la linea. Riva no pudo atender en los últimos días las llamadas de este diario al encontrarse "reunido" o con el teléfono apagado.

El probable fiasco del proyecto del empresario acarreará también la pérdida de subvenciones europeas para los puertos de El Musel y Nantes. La Autoridad Portuaria de Gijón perderá los 337.560 euros concedidos para su nueva rampa ro-ro, mientras que la empresa Terpor se quedará sin los 233.700 euros precisos para mejoras en la terminal de la autopista del mar, de la que es concesionaria, salvo que antes de que concluya 2017 aparezca alguna naviera interesada en relanzar la linea entre Gijón y Nantes, lo que parece improbable.