Se acordarán nuestros lectores que hace muy pocos días nos ocupamos del clown Cerra y de sus perros amaestrados al leer una revista de las soirées como es "Noveau Cirque". Ponderábamos, como era de estricta justicia, los ejercicios que el simpático gijonés hacía ejecutar a sus inteligentes animales.
Pues bien, ayer hemos visto en Gijón a Gumersindo Cerra muy triste, afectadísimo. Con lágrimas en los ojos aquel hombre fuerte y de corazón nos dijo que sus hermosos perros daneses Chiquio y Fátima habían muerto envenenados por un miserable. Sí, los dos preciosos animales has sido envenenados, sobre esto no hay ninguna duda. El veterinario que los reconoció aseguró que habían muerto por intoxicación.
Deseamos, y de todo corazón lo manifestamos, que sea descubierto el culpable. Porque dejar así a un honrado y valiente artista como lo es el clown Cerra, en la imposibilidad de trabajar (para amaestrar convenientemente a uno de esos perros se emplea más de un año) es en verdad muy miserable.
Diario "El Noroeste", 2 de noviembre de 1897
