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Una empresa pujante del Parque Tecnológico al borde de la desaparición

El fracaso del plan de vías de Valladolid se lleva por delante la firma gijonesa ITK

La ingeniería entra en concurso por el impago de un millón de euros por parte de la entidad pública gestora de la integración ferroviaria pucelana

Sede de ITK en el Parque Científico y Tecnológico. JUAN PLAZA

La crisis de Valladolid Alta Velocidad 2003 S.A., sociedad pública constituida para el soterramiento de la barrera ferroviaria con la llegada del AVE a la capital castellana, ha arrastrado a la ingeniería gijonesa ITK a un concurso de acreedores, tras el impago de un millón de euros por la sociedad constituida por el Ayuntamiento de Valladolid, la Comunidad de Castilla y León, Renfe y Adif. ITK está especializada en el diseño y fabricación de equipos ferroviarios.

La situación es muy delicada para la empresa gijonesa, con sede en el Parque Científico y Tecnológico, que puede acabar viéndose abocada a la liquidación después de que los socios de Valladolid Alta Velocidad hayan pactado hace unos días la liquidación ordenada de esa sociedad. La entrada en concurso de acreedores de la sociedad que gestiona el plan de vías pucelano impedirá en la práctica a ITK cobrar el millón de euros que le reclama por vía judicial, por el impago de trabajos realizados, que la sociedad pública adjudicó a la ingeniería gijonesa en los años 2012, 2013 y 2015, respectivamente.

ITK Ingeniería S.A. solicitó a finales del año pasado el concurso voluntario de acreedores, que fue declarado por el juzgado de lo mercantil de Gijón el pasado 18 de noviembre. La empresa contaba entonces con 18 trabajadores, 15 de ellos ingenieros, y declaró un pasivo de 2.721.522,50 euros, con deudas no vencidas y renegociadas con entidades financieras, que tienen a su favor la garantía hipotecaria que pesa sobre el edifico del Parque Tecnológico en el que ITK tiene su sede. Nada debía ni a Hacienda, Seguridad Social ni a trabajadores.

El único motivo que está poniendo en riesgo la supervivencia de la ingeniería es el agujero que le ha dejado la sociedad constituida para soterrar las vías en Valladolid. De hecho, ITK contaba con una importante cartera de pedidos, con un 60% de su facturación en el extranjero y con visos de ampliar clientela. Sin embargo, el impago de la sociedad pucelana ha llevado a que los bancos, principales acreedores de ITK, le hayan cortado las lineas de crédito necesarias para poder acometer otros proyectos contratados por la empresa o concurrir a nuevos concursos. De hecho, ITK ha tenido que renunciar a proyectos ya adjudicados en América del Sur y en varios países asiáticos para el suministro de distintos tipos de vagones y maquinaria de mantenimiento de vías férreas.

El colapso de la sociedad del plan de vías de Valladolid -entre otras cosas por los problemas para comercializar suelo como ocurre en el caso de Gijón al Norte- estalló tras el cambio de color político en el ayuntamiento pucelano, cuya alcaldía pasó del PP al PSOE. Además de la falta de acuerdo de los socios de Valladolid Alta Velocidad sobre cómo sanear económicamente la sociedad, responsables del gobierno local de Valladolid han atribuido el plan para liquidar esa sociedad precisamente al pleito judicial con ITK.

En 2012, 2013 y 2015 la empresa gijonesa se había adjudicado cuatro lotes para el traslado fuera de la ciudad de talleres de Renfe para el mantenimiento y pintura de vagones del AVE. La ingeniería gijonesa fue cumpliendo con los plazos establecidos para ir entregando las cabinas para reparaciones y pintura de unas naves del AVE dotadas con tecnología puntera en Europa.

El sector en el que compite ITK implica que la ingeniería tiene que financiar los trabajos que le encargan, cobrando en el momento en el que los va entregando. El agujero de un millón de euros que le ha dejado la sociedad pública castellano-leonesa se debe a que en una parte de esos trabajos se fue primero demorando el pago hasta acabar en incobrable, después de que ITK hubiera costeado el suministro y acopio de materiales y la obra de montaje de los mismos, adelantando el dinero para pagar a los proveedores.

La única posibilidad para que ITK evite la liquidación de la sociedad es la entrada de socios capitalistas en la misma, algo que el administrador concursal está negociando con proveedores de la ingeniería y con otras empresas del sector, algunas de ellas de Asturias.

Ésta no es la primera vez que impagos de una entidad pública dañan a ITK. En 2012 ya se vio afectada, de forma indirecta, por la quiebra de Fenit Rail, empresa gijonesa a la que Feve no pagó sus trabajos en la reforma del tren turístico de lujo "Al Ándalus". ITK poseía un 25% de Fenit Rail. Ahora el impago de un millón de euros por la sociedad constituida por el Ayuntamiento de Valladolid, el Gobierno de Castilla y León, Renfe y Adif puede darle la puntilla a una ingeniería creada en 1994 y que ha logrado hacerse un nombre en el mercado internacional en su sector.

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