La huelga de siete días que iniciaron ayer los trabajadores de la terminal de graneles sólidos de El Musel, Ebhisa, acabará repercutiendo en la producción de Arcelor Mittal -pendiente de recibir en estos días cinco barcos con cargamento de mineral de hierro y carbón para sus hornos altos- si se lleva a término esos siete días.

Así lo indicó ayer un portavoz de la compañía siderúrgica, quien indicó que de momento la empresa no se está viendo afectada pero que si se cumplen las siete jornadas de huelga "tendremos problemas de suministro que pueden afectar a la marcha de las instalaciones".

Desde Arcelor Mittal se agregó que "confiamos en que se llegue a una solución y se desconvoque la huelga". Algunos de los cinco barcos graneleros que tiene que recibir Arcelor en estos días podrían derivarse a la ampliación de El Musel para su descarga, aunque la misma fuese más costosa que en Ebhisa. Otros no pueden descargarse más que con las grúas pórtico de la terminal granelera, por lo que esos cargamentos no llegarán a tiempo a la factoría siderúrgica.

La situación es distinta a la que se produjo en la huelga de 2015, que había sido convocada para diez días en un momento en el que Arcelor tenía acumuladas suficientes materias primas para aguantar los paros hasta el final. No fue necesario dado que se produjo un acuerdo a los tres días.

La situación ahora es bien distinta, con las negociaciones entre la empresa y los representantes de los trabajadores en un punto muerto. Fuentes sindicales ven difícil que se produzca algún avance y acusan a la dirección de "tensar y forzar la situación, alejando cualquier posible acercamiento", que ayer, en la primera jornada de huelga, empleó a cinco palistas de subcontratas para agilizar la carga de vagones y camiones para el suministro a las térmicas y a Arcelor del mineral almacenado en el muelle de Ebhisa y la explanada de la ampliación adyacente. El comité de empresa denunció ante inspección de trabajo la subcontratación de estos palistas, con los que considera que la empresa está cubriendo puestos de trabajadores en huelga.

Los dos pórticos de Ebhisa sumaron ayer menos de 10 horas de trabajo, frente a las 24 habituales, mientras que la grúa móvil de la terminal estuvo inoperativa.

El seguimiento de la huelga fue valorado de maneras distintas. El comité de empresa señala que entre los 105 trabajadores de operación y los 5 de mantenimiento el seguimiento fue del 100%, sin incluir a los ocho trabajadores de servicios mínimos. En las oficinas, con 19 empleados, hablan de un 10% a 15% de seguimiento.

La Autoridad Portuaria, por su parte, señala que la huelga tuvo un seguimiento en torno al 35% en el turno de mañana y que la terminal mantiene operativo uno de sus pórticos.

La huelga comenzó el miércoles a las seis de la madrugada y si se mantienen las discrepancias se prolongará hasta el día 8 a la seis de la madrugada. Los sindicatos la convocaron alegando falta de plantilla, riesgos laborales asociados a esa escasez de personal y cambios en los horarios de forma unilateral por parte de la empresa.

La Autoridad Portuaria sostiene que el motivo real de la huelga es otro: Que los trabajadores rechazan devolver el plus de grupos profesionales que cobraron durante tres años, después de que una resolución del Tribunal Supremo del pasado diciembre haya hecho que cobre firmeza la sentencia que anuló aquel plus pactado en el convenio colectivo, debido a que incrementaba la masa salarial sin autorización previa en una empresa pública, en contra de las directrices marcadas por el gobierno central. En base a esa sentencia firme, cada trabajador tiene que devolver 3.904 euros. En conjunto, 516.400 euros por toda la plantilla.

Los trabajadores esperan alguna compensación por la devolución de un plus que pactaron en convenio colectivo en su día, mientras la empresa sólo está dispuesta a hablar de las fórmulas para la devolución del dinero, considerando que otra cosa sería incumplir la sentencia, cuya ejecución aún no ha sido instala por la Intervención General de la Administración del Estado (IGAE).