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Un dron asturiano para salvar vidas

La investigadora María García recibe un premio de un grupo de universidades por un proyecto para detectar minas antipersona desde el aire

El dron ideado para detectar minas antipersona. LNE

Millones de minas antipersona permanecen escondidas bajo el terreno de medio centenar de países matando a casi veinte personas al día según la Campaña Internacional para la Prohibición de las Minas Antipersona. De los 6.461 muertos en 2015 -un 75% más que en 2014 la mayoría fueron civiles y el 38% de las víctimas son niños. Cada año se peinan y limpian miles de kilómetros pero hacerlo sobre el terreno implica muchos costes y riesgos.

La investigadora asturiana María García Fernández, de 24 años, ingeniera en Telecomunicaciones, tiene la solución gracias a un sistema para detectar objetos ocultos en el suelo utilizando un radar incrustado en un dron. Un sistema que forma parte de la patente "Sistema aerotransportado y métodos para la detección, localización y obtención de imágenes de objetos enterrados y la caracterización de la composición del subsuelo", concedida a investigadores de las universidades de Oviedo y Vigo, entre los que se encuentra.

María García, natural de Luarca, trabaja en Gijón y ha plasmado esta idea en un póster descriptivo con el que ha resultado premiada en las V Jornadas Doctorales -organizadas por el Grupo 9 de Universidades, asociación que aglutina a las universidades españolas que son públicas en sus respectivas comunidades autónomas-, dentro de la rama "Ingeniería y Arquitectura" donde han participado 79 doctorandos.

En el póster se presenta un sistema para obtener imágenes electromagnéticas del subsuelo, compuesto por un radar embarcado en un dron. "El objetivo es detectar objetos peligrosos ocultos en el suelo, en particular, minas antipersona", explica. "Las principales ventajas del sistema es que es más barato, no es invasivo, no interacciona con el suelo, y permite detectar objetos tanto metálicos como plásticos de forma segura, incluso en zonas de difícil acceso", resalta la investigadora del área de "Teoría de la señal y las comunicaciones" del departamento de Ingeniería Eléctrica de la Universidad de Oviedo, Escuela Politécnica de Ingeniería de Gijón.

Uno de los principales desafíos en el diseño del prototipo, explica María García, "es que es necesario georreferenciar las medidas que se toman con el radar con precisión centimétrica". Para ello se utilizan diversos sistemas de posicionamiento, entre los que destaca un sistema global de navegación por satélite con corrección de errores que se llama RTK (Real Time Kinematik). ¿Cómo funciona? "El radar transmite unas ondas electromagnéticas, si todo fuese normal suele recibirías la misma señal de vuelta pero cuando en el suelo hay otra cosa distinta esa señal se altera", apunta. "Combinando varias señales, a fin de cuentas, lo que tienes es una imagen de lo que hay debajo del suelo", describe.

Hasta el momento son varias las empresas que se han interesado por esta innovación destinada a salvar vidas aunque "no hay nada cerrado" de la que ya se ha hecho una prueba de su valía. El escenario fue la playa de Rodiles donde se desarrollaron "pruebas con lo que sería la carga útil que se pondrá en el dron", es decir, el radar, los sistemas de posicionamiento y los sistemas de control. "Vimos que se podían detectar objetos enterrados", asegura. Ahora, a la espera de que mejore el tiempo en Asturias, los investigadores implicados en el proyecto, retomarán las pruebas de todo el prototipo.

María García está segura de la utilidad de su propuesta y también de su viabilidad. Es la suya una incipiente carrera profesional pero llena de reconocimientos académicos. En 2012 recogió el premio "José Riera" por un expediente repleto de matrículas de honor en primer grado de Ingeniería de Telecomunicaciones, diez en diez asignaturas. Incluso este proyecto recibió, en noviembre del año pasado, el galardón al mejor trabajo de fin de estudios de la Escuela Politécnica de Ingeniería.En el Instituto de Luarca recibió la beca "Severo Ochoa" por su expediente y un premio de la Fundación Fernández Lema. Por si fuera poco, ahora empeña sus conocimientos en salvar vidas.

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