Kike Gomes Brandi, el niño gijonés aquejado de una enfermedad rara con el que se volcó Asturias, ya corre y hace trastadas. La gran campaña solidaria, impulsada por sus padres y que consiguió numerosos apoyos, logró obtener los recursos necesarios para financiar una delicada y larga operación en Barcelona, con la que se pudo retirar la parte de su cerebro afectada por los dos tumores no cancerosos que le provocaban crisis epilépticas incontrolables y el bloqueo de su desarrollo psicomotor.

Desde entonces (noviembre de 2014) el pequeño gijonés, que nació con esclerosis tuberosa, una enfermedad por la que al poco de nacer ya tenía doce tumores no cancerosos repartidos en los riñones, el corazón y el cerebro, ha podido desarrollar cuestiones fundamentales que antes tenía bloqueadas por los dos tumores situados en la zona más problemática. Y, ahora, sus padres, Carlos Gomes y Eva Brandi, viven emocionados los pasos hacia adelante de su hijo Kike, que además ya tiene un hermano más pequeño: Izan, otro gran apoyo para él junto a sus hermanas mayores, Alba y Llara.

Hacía tiempo que sus padres no publicaban nada en el grupo de facebook "Ayuda para Kike", creado en su momento para dar difusión la campaña solidaria a su favor, que llegó a organizar con notable éxito un kilómetro solidario en el puerto deportivo gijonés. Pero este fin de semana, sus padres han querido hacer partícipes a los que colaboraron en la campaña de los avances de la vida de su hijo, para lo que, narrándolo en primera persona, como si fuera Kike el que lo escribiera, contaron todo un gran acontecimiento que emocionó a esa familia tan luchadora y que, de paso, ha emocionado ya a centenares de asturianos que siguieron con antención el caso del pequeño Kike.

En la citada publicación narran lo siguiente:"He cumplido un sueño de mis papás. Me han acostado a dormir la siesta y, como no me apetece, hice lo que tanto llevan esperando: encendí la luz,me levanté, abrí la puerta de la habitación y salí corriendo por el pasillo a buscar a papá y mamá en el salón. Cuando me vieron entrar, estaban tan emocionados como yo: si es que me estoy volviendo un trasto. Os mando muchos besitos y un abrazo enorme a tod@s. Gracias por haberme ayudado a cumplir sueños".

Kike sigue dando pasos en su vida y todo gracias a la solidaridad asturiana. Sus padres seguirán emocionándose a cada metro que avance un pequeño que no ha dejado de luchar en sus cuatro años de vida. Están deseando correr detrás de él por cada trastada que haga y están agradecidos a todos los que se volcaron en la campaña que ha hecho posible que Kike desarrolle su psicomotricidad.