La noticia conocida esta semana de la futura adecuación del edificio de El Molinucu llamado a convertirse en un nuevo hotel de alto nivel ha venido a confirmar el resurgir de los establecimientos hoteleros que se está viviendo en la ciudad. Después de años de crisis y del descenso de los ingresos en el sector, el aumento progresivo en los últimos meses del número de turistas que visitan la ciudad ha llevado a empresarios asturianos, algunos de sectores diversos, a fijarse en la gerencia de hoteles como una buena opción de negocio. El primer ejemplo de este resurgir es, sin ir más lejos, la reapertura el verano pasado del hotel de La Lloreda, cerrado en el año 2012.

Pero en un futuro habrá más. Y es que al establecimiento que se proyecta en la calle Domínguez Gil número 7 hay que sumar el nuevo hotel que la constructora Promociones Los Campos proyecta levantar en el inmueble diseñado por Manuel del Busto en la confluencia entre las calles Marqués de San Esteban y Pedro Duro. Los impulsores de este proyecto gestionan desde hace tiempo un complejo de apartamentos turísticos situados en el la calle Los Moros. Ahora, la buena experiencia de este establecimiento les ha llevado a querer ampliar sus negocios en el mundo del turismo. "Hemos visto a lo largo de los últimos años y con el lanzamiento de páginas como Airbnb, que la gente prefiere pagar 100 euros por un apartamento que por una habitación de 15 metros cuadrados. Por eso nuestro hotel va a ser diferente", explica Juan García, promotor del proyecto que permitirá a la ciudad sumar más de un centenar de plazas hoteleras distribuidas en 50 habitaciones, 30 de ellas suites de más de 50 metros cuadrados ubicadas en un edificio en el que además los constructores cuentan con 400 metros cuadrados de bajo destinado a equipamiento hostelero y una azotea en la que, entre otros servicios, se habilitará un gimnasio. "Es un concepto de hotel boutique, más amplio y mejor diseñado que los hoteles convencionales", explica García. En los próximos días los constructores pedirán los permisos correspondientes en el Ayuntamiento para empezar las obras.

Este "hotel boutique" que verá la luz en Fomento no es el único hotel que "nacerá" en los próximos meses. Otro proyecto ha comenzado a dar sus primeros pasos en el antiguo edificio del bar Molinucu, en la calle Domínguez Gil. En este caso el promotor es el hostelero asturiano Tino Álvarez, que también regenta La Aldea Soñada del Angliru, en Riosa. El edifico dispone de una edificabilidad sobre rasante de aproximadamente 1.400 metros cuadrados, a los que hay que sumar un sótano. La gerencia presentará en los próximos días un proyecto de hotel "de gran confort para el turista" que tendrá 80 plazas distribuidas en 35 habitaciones. Tino Álvarez quiere conseguir levantar el primer hotel cinco estrellas de la ciudad con una inversión de dos millones y medio de euros y con la creación de 25 puestos de trabajo.

A más largo plazo podría abrir sus puertas el hotel que proyecta construir en la antigua sede de la Autoridad Portuaria. Hay ya varios empresarios interesados en participar en la subasta de estas instalaciones situadas a las faldas de Cimadevilla y compuestas por dos edificios que suman una superficie de casi 3.000 metros cuadrados.

Antes de la crisis económica la ciudad superaba las 5.000 plazas hoteleras. El año pasado, después de años muy complicados en el sector en el que se vivieron cierres como el del ya mencionado Palacio de La Llorea o el del céntrico hotel León, se contabilizaban 4.455 camas, la mayor parte en hoteles de cuatro estrellas. Los equipamientos hoteleros con mayor capacidad de habitaciones son el hotel Begoña, con 249 plazas y el Acebos Azabache Robledo, con 136.