Plantar un árbol en una maceta con la promesa de cuidarlo mientras crezca y de trasladarlo luego a un espacio abierto, o la elaboración de frixuelos con pan de escanda y relleno de mermelada de kiwi. Son dos de las actividades que hicieron el pasado sábado los alumnos de tercero de infantil y primer ciclo de primaria del colegio Montedeva Alter-Vía, en Ceares, como compensación por la "huella ecológica" del festival "GijónSeCome", que se celebró en noviembre de 2016.

Este certamen gastronómico es el único sostenible del circuito nacional, según afirman sus organizadores. Entre sus planteamientos incluye el que la compensación de los rastros ecológicos que pueden generar sus actividades. De ahí la actividad que acogió el colegio Montedeva. El impacto de "GijónSeCome" fue medido en colaboración con Cogersa, Emulsa y Ecovidrio.