El relevo generacional en el Antroxu gijonés está más que garantizado merced a lo visto en el XXIII Desfile Infantil de Disfraces que este fin de semana inundó la ciudad de jóvenes gijoneses caracterizados como piratas, dragones, zombis o deshollinadores de Mary Poppins.

Una de las agrupaciones más aclamada fueron "Los payasos de La Clave", "un homenaje a los payasos de la tele" que hizo la Escuela de Música La Clave, con el "auto de papá" incluido. "Nos llamó la atención que los más pequeños conocían las canciones", aseveró Geli Miguélez, una de las organizadoras.

Frente a ellos desfilaba la Escuela Infantil San Eutiquio, los más pequeños metidos dentro de bolas de nieve que representaban a los distintos países europeos. "En clase estábamos dando la lección de Europa, y los padres se animaron a hacer los disfraces para que los pequeños compitiesen", aseguró Rosa Villar, profesora del centro.

El desfile lo cerraban "Los dragones juguetones" del Codema, quienes llevaban "todo el cuatrimestre" trabajando para dar vida a los animales mitológicos, como explicó Elena González. "Los disfraces los hicieron los padres en el colegio, en distintos talleres que organizamos", analizó Sonia Fernández, "pero luego cada niño hizo su careta, a su gusto", lo cual tiene un mérito aún mayor viendo las edades de los participantes, "de tres a seis años".

Las comparsas hicieron disfrutar a un público que abarrotó los márgenes del recorrido, desde la plaza del Instituto hasta el Paseo de Begoña, en una mañana soleada que invitaba a mezclarse con el ambiente carnavalesco. Aunque, sin duda, los que mejor lo pasaron fueron los más pequeños ya que, como enfatizaron los organizadores de cada grupo, "ellos, mientras que haya fiesta, están encantados".