El acusado de apuñalar a un bombero gijonés el pasado sábado en el barrio de Contrueces alegó defensa propia al "sentirse amenazado" cuando declaró en Comisaría. Una versión que ratificó al día siguiente en el Juzgado de Instrucción número 5 de Gijón, cuyo titular le dejó en libertad con cargos el domingo por la mañana.

El agresor de 63 años, que responde a las iniciales R. F. S. A., es vecino del barrio y cuenta con antecedentes por tráfico de drogas y agresión a la autoridad. Tras ser detenido manifestó ante los agentes de la Policía Local que su víctima le había "increpado y perseguido hasta su portal" donde, en plena discusión, se rompió el cristal de la puerta, y al sentirse amenazado trató de defenderse. No obstante negó en todo momento que utilizase una navaja o un objeto punzante propio para zafarse del bombero herido, también gijonés de 51 años. Según su versión se sirvió de uno de los cristales caídos al romperse la puerta. El acusado, que llevaba detenido desde que ocurrió el incidente, se mostró abatido por las circunstancias y se reafirmó ante el juez en su declaración inicial.

Los hechos tuvieron lugar en la noche del viernes al sábado, pasada la una y media de la madrugada, en la calle Río Cares, del barrio de Contrueces. Según los testigos, la víctima volvía de cenar con su esposa y recriminó a su atacante que llevase sueltos o mal atados a cuatro de sus perros, con el temor de que los canes pudiesen generar algún peligro. Unas indicaciones que no sentaron bien al dueño y que motivaron la discusión dialéctica. A partir de ahí, víctima y agresor presentan visiones distintas de los hechos.

No obstante, sí es cierto que el bombero local, J. L. G. B., sufrió dos heridas en el hombro izquierdo que, pese a sangrar mucho en el momento, no revestían de gravedad como pudieron comprobar los sanitarios que le atendieron en el hospital de Cabueñes al que fue trasladado en UVI Móvil. La víctima, tras ser explorada, recibió el alta el mismo sábado y se recupera en su domicilio de las heridas.