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LAURA MARTÍNEZ FDEZ-PEÑA | PROMESA DEL BAILE, CON NUMEROSOS PREMIOS NACIONALES

La niña callada que habla con el baile

Tres becas de danza nacionales son los últimos logros de una adolescente que lleva trece años formándose como bailarina

La niña callada que habla con el baile

A pesar de su corta edad tiene las ideas muy claras. Sabe que cuando sea mayor se quiere dedicar al mundo de la danza: su deseo es convertirse en bailarina profesional. De momento parece que su sueño va por la buena senda. A sus 15 años, Laura Martínez Fernández-Peña (Gijón, 2001) ya ha destacado en numerosos certámenes nacionales e internacionales de danza de alto nivel. Los últimos hace pocas semanas. Y no parece que vaya a parar.

Laura Martínez nació con el baile en las venas. Se puede decir que empezó a danzar casi a la par que aprendía a caminar porque con solo dos años ya daba lecciones de baile en la Academia de Danza Candilejas. Laura es una niña "muy pesada" en palabras de su madre. Pesada, cariñosamente hablando, pero "muy trabajadora". Siempre tiene la música en la cabeza y crea con el baile. Los que la conocen dicen que habla poco porque todo lo expresa con el cuerpo. Danza clásica, claqué, baile contemporáneo? no importa el estilo, sabe poner ritmo a todo y representar cualquier tipo de baile. Su pasión por la danza traspasa fronteras. De hecho, cuenta la familia que cuando era más pequeña decía que no quería ir al colegio porque allí no se bailaba. En el futuro sueña con integrarse en alguna compañía, en España o en el extranjero; y enseñar a otras generaciones de bailarinas.

Estudiante de cuarto de la ESO en el IES Jovellanos, para Laura "es un poco difícil compaginar los estudios con los ensayos de baile", explica. La asignatura que más le cuesta sacar es Inglés, pero "solo a la hora de escribir", porque incluso el baile le sirve para perfeccionar este idioma y coger soltura hablando. Y eso porque recibe clases de profesores internacionales con los que se tiene que comunicar en inglés y no tiene ningún problema en ello. Los domingos es el día en el que esta joven gijonesa tiene que sacar el máximo tiempo posible para ponerse al día con las tareas escolares, con el apoyo de la familia que trata de ayudarla en la medida de lo posible para que no pierda el ritmo del instituto.

El tiempo libre que le dejan las clases lo emplea en ensayar en el Conservatorio Profesional de Música y Danza de Gijón. Desde los diez años acude a éste centro, de lunes a viernes durante cinco horas cada día. Así que después de las clases en el instituto, come y se presenta a las 4 de la tarde en el Conservatorio para preparar nuevos bailes y coreografías, hasta las 9 de la noche. Un sacrificio que tiene que superar para perseguir su sueño. Por si esto fuera poco, los fines de semana Laura acude a la academia que la vio nacer como bailarina. Poco a poco va sacando tiempo para no perder ni una lección en el instituto y asistir rigurosamente a todas las clases de baile.

El tipo de danza que más practica esta promesa gijonesa es el baile clásico, porque es el que más tiempo ha preparado. Con el claqué desfoga, pero el baile contemporáneo es el que más proyección de futuro tiene en el panorama de danza internacional.

Muchos expertos de la danza en España siguen de cerca a Laura Martínez. Pero de momento lo primero es concluir los estudios en el Conservatorio. Laura Martínez tiene el enorme privilegio de haber bailado con la Orquesta Sinfónica del Principado de Asturias (OSPA). Fue en la víspera de Reyes del año 2013. Los alumnos de la Escuela Superior de Arte Dramático y Profesional de Danza del Principado (ESAD-PD), entre los que se encontraba Laura, pudieron subirse al escenario de la Laboral a disfrutar del baile junto a la OSPA con motivo de la semana de "Les Lletres". Pero otros logros más singulares también se van sumando en su carrera. Hace apenas dos años, en mayo de 2015 se hizo con el primer premio en el Concurso Internacional de Danza de la Asociación Nacional para el apoyo y la promoción de la Danza en España (Anaprode), que se celebró en Tarragona. En el certamen interpretó un fado, "Soledad". Un mes antes, en abril, intervino en el Concurso Nacional de Danza "Orbe", en el que se llevó dos primeros premios en las categorías de clásico y jazz fusión.

En 2014 y con solo 12 años deslumbró de nuevo en la cita de Anaprode. Por aquel entonces, organizado en Huesca. Una intervención estilo fusión y su coreografía "Japanese Drums" (Tambores Japoneses) la encumbraron. Su última hazaña la firmó en Burgos. La ciudad castellanoleonesa acogió el campeonato "Dance World Cup Spain". En el certamen Laura fue premiada con dos becas de danza para recibir clases en el VIII Campus Internacional de Danza de Valencia y en el Instituto IALS de Roma. Además de estos galardones recibió también la medalla de oro en la categoría de claqué junior. Por si esto fuera poco, también ha recibido una tercera beca para participar en Dublín en un curso de baile clásico. "No va a tener tiempo, ni 'perres' para todo", bromean desde su familia. Este tipo de viajes son "complicados" ya que Laura es muy joven para viajar sola. Tiene que coger muchos aviones y moverse sin la ayuda de un adulto no es fácil para una joven de 15 años. Laura Martínez hace más cosas de las que le gustaría a su familia. Su madre ejerce de maestra mientras que su padre tiene un pequeño comercio. Su hermano mayor comenzó la carrera este mismo año. Para Laura no todo es la danza. También le apasiona la fotografía, la pintura y la moda. "Ella es feliz en su habitación", cuenta su madre. Se encierra a diseñar nuevos modelos y a pintar cuadros. Los caballos son otra de sus grandes pasiones. De hecho, practicó hípica a la edad de cinco años. Y no se le daba nada mal, pues consiguió el segundo puesto en el Campeonato de Asturias del año 2010. Una niña tocada con una varita. La música que más escucha es el género pop, porque "libera su mente". Y sí, su película favorita es "Billy Elliot", la historia de un joven de 11 años cuyo único sueño es convertirse en bailarín de ballet y tiene que hacer frente a las pretensiones de su padre de convertir a su hijo en boxeador profesional.

Nuria Argüelles conoce muy bien a la gijonesa Laura Martínez. Con tan solo 2 años recibió la visita de la pequeña Laura junto con su madre en su academia de danza Candilejas. Quería apuntarse a nuestra escuela, pero la directora le dijo que no podía ser por ser tan pequeña. Lo ideal es que empiecen las clases de baile a una edad de 4 años, pero con Laura tuvieron que hacer una excepción. Admite Nuria Argüelles que se quedó impactada.

"Fue algo increíble. Nunca había visto nada igual". Su profesora califica a Laura como una alumna "muy trabajadora que incluso quita horas de su vida para dedicarlas al baile". Los sábados puede llegar a las 12 de la mañana y no salir hasta las 7 de la tarde. Solo descansa para comer. Cuando era mucho más pequeña llegaba antes a las clases para ver cómo ensayaban las mayores. Después era capaz de imitar algunos de los pasos con verlos solo una vez. Nuria Argüelles prevé un futuro prometedor, aunque para ello deba de hacer algún que otro sacrificio. Lo primero que tiene que hacer es salir de España, porque aquí es muy complicado triunfar. ¿Su sueño? Bailar en el "American Ballet Theatre". Un objetivo que, aunque puede parecer lejano, se va acercando, paso a paso.

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