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La tecnología ocupa su espacio

Las firmas con sede en el centro de innovación vinculado al Campus gijonés destacan como principal valor las sinergias que se han ido creando entre todos los inquilinos

Ocupan casi por entero el Espacio Tecnológico Campus y lo hacen en buena vecindad. Tanto que hacen de esa proximidad una de sus principales fortalezas. Las diez empresas de base tecnológica que han creado unos 25 puestos de trabajo y desarrollan su tarea en este centro vinculado a la Universidad lo tienen claro: "las ventajas son muchas".

Tantas como que a alguna de las compañías esa conexión con el mundo universitario les abre las puertas del crecimiento. Es el caso, por ejemplo, de Azisa Drone Company, dedicados a la prestación de servicios con drones en industria, construcciones y sector naval. "Como empresa joven es un espacio con muchas facilidades, un precio accesible y servicios que están muy bien", razona Raúl Álvarez. Pero lo mejor para esta empresa reside en el hecho de estar insertados en un medio óptimo para el crecimiento, porque "al estar rodeados de empresas de tu campo siempre surgen cosas en conjunto". Y a ello se suma el caladero de empleo que supone el tener al lado la Escuela de Ingeniería, porque "de hecho estamos en contacto con la materia gris de la Universidad y estamos pensando ya en contratar gente de este ámbito en breve".

Algo parecido le pasa a la ingeniería y consultoría Ingeniacity, que se nutre de gente procedente del campus y desarrolla proyectos de investigación en conjunto con la Universidad, tal y como recuerda Tamara Fernández. "Hacemos cosas muy diferentes pero el estar cerca de la Milla del Conocimiento y el Parque Científico tiene mucho valor", afirma Fernández, para quien "este espacio nos da mucha libertad de horarios y organización, no es tan estricto como en otros edificios".

Las ventajas del Espacio Campus, además, pasan por unas condiciones difíciles de encontrar en otros centros, toda vez que, como recuerda Antonio Parra, de Moveker, "aquí tenemos un taller para la elaboración de prototipos y eso no lo hay en todas partes", algo fundamental para su actividad de diseño y creación de sillas de ruedas adaptadas. Además, "el edificio es bonito y nos da una buena imagen hacia a los clientes".

Neoalgae, en plena expansión internacional, es la compañía que más ha crecido y que de hecho plantea mudarse a un espacio mayor en una nueva fase de producción de microalgas. Pero el haber contado con un espacio como el del campus "ha sido fundamental, con una ubicación muy cómoda y un gran ambiente entre compañeros y para los negocios", sostiene Sara Ordieres. Una baza con la que también juega SVMAC, dedicada a la ingeniería aplicada a la maquinaria agrícola, de muy reciente creación. "Valoramos otras ubicaciones, pero nos decantamos por esta por el entorno y el ambiente de investigación", apunta Jorge Villarrica.

Para otros como Mahmoud El Hakkaoui se ha tratado de una oportunidad "única" para poder trabajar como becario en la consultora Corporate Development Services, en la que lleva dos años mientras remata su carrera de ingeniería. "Estudiar y trabajar al lado de la Universidad es una experiencia inmejorable", afirma.

Como lo ha sido también para Tomás García, recién doctorado y parte de Know How, que trabaja en soluciones innovadoras en estructuras como "spin-off" oficial de la Universidad. "Para nosotros es fundamental estar aquí, en contacto con los laboratorios de la Universidad", porque "el futuro pasa por establecer sinergias". Y el experimento Campus va bien encarrilado.

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